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Analistas 10/12/2022

¿Estrategia se desayuna a cultura?

Javier Tovar Márquez
Profesor Inalde Business School

Ubiquémonos en el estadio Giuseppe Meazza de la ciudad de Milán el 19 de junio de 1990. Una desconocida selección colombiana de fútbol se enfrentaba a uno de los favoritos al título del mundial: Alemania. Con una presión no menor, ya que Colombia trataba de lograr lo imposible, se debía poner en la práctica toda la planeación alrededor de un partido único que, además de tener en cuenta la técnica y preparación de los jugadores, involucraba poner en marcha toda la táctica asociada al juego. Ejecutar en este contexto significa poner en el campo jugadas, movimientos y procesos que requirieron meses de entrenamiento. Ejecutar significa también decidir sobre el curso de las acciones y contrastar rápidamente respecto a los escenarios que hicieron parte del plan.

El partido transcurría de acuerdo con el plan durante los 88 de los 90 minutos posibles. Aunque Colombia solo necesitaba de un empate para pasar a la siguiente ronda, al minuto 89 un gol de Littbarski hizo cambiar todo el panorama. El plan se había derrumbado, pero era hora de ejecutar y actuar con rapidez; era necesario reacomodarse e ir hacia adelante. Y así fue. Justo antes de terminar el partido, bastaron 18 segundos para que en una jugada conjunta entre Leonel Álvarez, Luis “El Bendito” Fajardo, “El Pibe” Valderrama y, finalmente, Freddy Rincón se lograra anotar el gol más importante de historia del fútbol de nuestro país. La capacidad de adaptación y de rápida ejecución habían hecho lo suyo. Pero, y en este relato, ¿qué papel jugó la cultura?

El fútbol se parece mucho a la dinámica de las empresas, principalmente cuando se trata de evaluar el impacto de la cultura en el largo plazo. Solo basta recordar el famoso “Más que un club” del F.C. Barcelona que atiende a los valores y que ha permitido tener ciclos deportivos largos y exitosos o el “hasta el final vamos Real”, ese espíritu que une a jugadores y seguidores del Real Madrid en un vínculo inexplicable y que ha convertido al equipo en el rey absoluto de las copas de Europa. Pero, ¿esto suficiente? No. Los grandes clubes han descubierto que, además de valores y propósito, se debe dedicar un muy buen tiempo a lograr que la ejecución de la estrategia sea efectiva. Cada vez vemos más equipos científicos dedicados a hacer analítica de datos sobre el juego y equipos directivos altamente formados para verificar que la estrategia corporativa sea la adecuada para lograr la sostenibilidad. Los grandes campeones en el deporte y en la empresa se concentran también en ejecutar con excelencia.

En el Mundial, Colombia se salió con la suya, al menos en el corto plazo, ya que avanzó a la segunda ronda del torneo pero, finalmente, fue eliminada ¿Falta de planeación? ¿Falta de ejecución? ¿Falta de alineación entre cultura y estrategia? Por su parte, Alemania fue campeón del torneo. ¿Será la cultura alemana?, o ¿será su reconocida capacidad para ejecutar? Yo creo que es la mezcla perfecta de una cosa y la otra, de cultura, de planeación y también de la ejecución.

En la vida de las empresas, dedicamos horas de trabajo a pensar en cultura, valores y planeación, pero no vivimos con la misma energía los procesos de ejecución que son tanto y, en algunos momentos, más importantes que los primeros. Peter Druker dijo que la cultura se desayuna a la estrategia; yo creo que no siempre.

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