.
Analistas 27/01/2023

Economía circular

Hernán David Pérez
Asesor en transformación digital y productividad

Un 23 de enero de 1924 en Ginebra - Suiza, los mayores fabricantes de bombillas de la época conformaron el cartel Phoebus, un acuerdo para controlar el mercado mundial de bombillas incandescentes, y entre otras iniciativas los industriales se obligaron a reducir la vida útil de las bombillas a mil horas, cuando en ese entonces la duración típica era cercana a las dos mil horas, e incluso se daban casos como el de Shelby Electric, quien no hizo parte del cartel, y aún hoy es reconocido por la “bombilla centenaria”, una bombilla que permanece encendida desde 1901 en un cuartel de bomberos en California, constituyéndose en prueba fehaciente que la tecnología de la época permitía fabricar bombillas de larga duración. De esta forma, el cartel Phoebus fue la primera estrategia de “obsolescencia programada” con alcance global.

Hoy en día la obsolescencia programada tiene otras caras, y una de ellas es la imposibilidad de reparar los productos ante la ocurrencia de un daño o deterioro paulatino, bien sea por que son unidades selladas, o por la no disponibilidad de repuestos o mano de obra calificada, constituyéndose en una estrategia comercial para incentivar la reposición del producto por parte del consumidor, esta estrategia ha sido fuertemente criticada tanto por razones relativas a los derechos del consumidor, como por razones de impedir circularización del producto en lo que se denomina la economía circular, la cual es una de las grandes megatendencias globales que está impactando a la industria de la manufactura y que obligará a que las empresas evolucionen en la concepción del ciclo de vida del producto de una visión “end to end” -del abastecimiento al consumidor-, hacia estrategias de circularidad.

Precisamente, en 2020 el gobierno francés lanzó la ley anti residuos con el fin de promover la economía circular, y en la cual se destaca el “índice de reparación” (IR) cuyo objetivo es promover y regular el “derecho a reparar”, el IR es un etiquetado que presenta al consumidor información acerca del potencial de reparación del producto, de forma similar a las conocidas etiquetas de consumo energético de los electrodomésticos.

Desde el 1 de enero de 2021 el IR es de uso obligatorio en cinco categorías: teléfonos inteligentes, computadores portátiles, televisores, lavadoras de ropa y cortadoras de césped, y su calificación se obtiene ponderando cinco criterios: documentación técnica, facilidad de desensamble, disponibilidad de repuestos, precio de repuestos, y otros aspectos, tales como la asistencia en el uso, actualizaciones de software, e incluso la posibilidad de borrar su dispositivo para la reventa. Para 2024 Francia planea evolucionar el IR hacia un índice de durabilidad, adicionando al IR una descripción del ciclo de vida completo de cada producto.

La iniciativa francesa ya comienza a generar cambios en la industria manufacturera y confirma que la economía circular es una megatendencia que llegó para quedarse, por ejemplo, el nuevo Iphone 14 presenta mayores facilidades en su desensamble versus versiones previas. Te invito a preguntarte si estás preparado para aumentar la circularidad de tus productos.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA