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Analistas 15/09/2018

Perspectivas económicas mundiales

Gustavo Moreno Montalvo
Consultor independiente
La República Más

Las reglas existentes han propiciado que los consumidores de EE.UU. tengan niveles de vida por encima de lo que les correspondería si su país, en vez de obtener liquidez internacional por la vía de flujos de capitales para compensar su enorme déficit de cuenta corriente, aumentara la exportación de bienes y servicios de elevado valor agregado.

En contraste, Japón, Alemania y Corea del Sur exportan más de lo importado. Sus consumidores viven en condiciones un poco más modestas, en promedio, que los de EE.UU., pero generan menos desperdicio, sus sistemas ofrecen más protección al individuo sin suprimir los espacios para la innovación, y promueven más orden y menos desigualdad, pero quizá más burocracia. China crece en forma sostenida, pese a sus cimientos institucionales cuestionables, de carácter totalitario.

Es imposible pronosticar con certeza, porque cambian factores importantes: el clima, la valoración relativa de diversas experiencias y el sesgo político dominante. Nuevas opciones de consumo afloran en la vida cotidiana en forma permanente.

La tecnología puede determinar la reubicación de tareas, con el propósito de maximizar beneficios para el capital en la economía globalizada. Sin embargo, hay cosas ciertas para el futuro, como la reducción drástica de la participación de los motores de combustión interna en la atención a las necesidades de transporte, por la limitación a la venta de nuevos vehículos con esta tecnología en Europa Occidental, prevista para mediados de la próxima década; por ende, los países exportadores de petróleo tendrán menos relevancia en las finanzas mundiales.

De otra parte, se sabe que la articulación entre los habitantes del planeta aumentará y los precios de commodities serán menos volátiles por la mayor disponibilidad de información, pero será necesario reducir diferencias entre los habitantes de países muy pobres y los demás para inhibir la migración ilegal de los primeros a los segundos.

Se requerirán, en todo caso, aumentos importantes de productividad para que una proporción decreciente de la población en fase vital productiva pueda crear valor suficiente para sostener a la creciente proporción improductiva.

La economía mundial es un sistema en equilibrio inestable amenazado por la irresponsabilidad de quienes administran lo público con criterios de corto plazo, consistentes con sus aspiraciones personales, pero perjudiciales para el común de las gentes.

Las instituciones públicas deberán revisarse en todas partes: el peso relativo de los países es muy variado, y la interdependencia de ciudades-región distantes aumenta; las asimetrías favorecen a los sistemas políticos grandes, y deben neutralizarse.

Será, pues, preciso promover la integración de países para efectos fiscales y monetarios, y enriquecer las bases culturales en todas partes para proteger el legado de lo precedente, pero también se necesitará desplazar el trabajo donde convenga, según la evaluación de su potencial para agregar valor a los procesos productivos.

Además, se deberá evitar que flujos especulativos de capital distorsionen indicadores que cimientan decisiones de inversión.

La especie enfrenta retos inmensos para sobrevivir, consolidar su permanencia en el planeta por un tiempo, y prosperar. Debe contar con instituciones públicas idóneas en lo económico, social y ambiental. A todos nos corresponde actuar.

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