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Analistas 07/07/2014

Intolerancia cafetera

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo
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Con gratitud y orgullo recibí en sesión plenaria del LXXVII Congreso Nacional Cafetero de noviembre de 2012, la Medalla al Mérito Federación Nacional de Cafeteros, que se estableció con el propósito de reconocer y exaltar a las personas que hayan prestado servicios destacados a la entidad, al gremio y a la industria cafetera. Me llena de orgullo y la llevaré por siempre como el mayor reconocimiento de mi vida profesional.

En la resolución se destaca mi vinculación al gremio desde el año 1987, a través de la Corporación Financiera de Caldas como vicepresidente y posteriormente como presidente. Al Banco Cafetero como gerente regional y miembro de su junta directiva. Al Comité Nacional de Cafeteros, y desde 2002 como asesor de la gerencia general y Secretario General de la Federación. En ella, destacaba el Gerente, el empeño, la inteligencia y la capacidad de trabajo en bien de los cafeteros. Así mismo, mencionaba cómo impulsé y lideré iniciativas y proyectos en búsqueda de la prosperidad de la familia cafetera. 

Recordó cómo participé activamente en la refinanciación de los cafeteros implementando el Pran.

Diseñé el Plan Florescencia para que a través de la Bolsa Nacional Agropecuaria los productores pudieran acceder a capital de trabajo vendiendo el café a futuro. Me correspondió estructurar e implementar el PSF, programa de financiación para pequeños productores que ha hecho posible la renovación de 175.000 hectáreas, cerca de 204.000 créditos, por $1 billón, lo que, según el Gerente, fue lo que aumentó la producción a 11,5 millones de sacos.

También participé activamente en la negociación del nuevo contrato de administración del Fondo Nacional del Café y en la redacción de la reforma a los estatutos de la Federación. Las negociaciones de los TLC y el impulso a normas de mayor libertad al comercio de exportación de café, fueron mi responsabilidad. Así mismo, la vinculación de cerca de 100.000 pequeños productores al régimen subsidiado de salud, fue diseño y gestión con el actual director del Dane.

La política de valor agregado, su diseño y la creación de Procafecol, propietaria de las tiendas Juan Valdez, fue una tarea que muchos dolores de cabeza generó a su creador, Gabriel Silva, por la cantidad de enemigos y escépticos que tuvo, pero que gracias a que no declinó, hoy es una de las empresas más importantes de Colombia y se ha convertido en la compañía con más presencia en el mundo. Me correspondió el diseño y vinculación de 21.500 productores como accionistas, una tarea encomiable que demostró que todos pueden ser propietarios.

Asumí la responsabilidad sobre las dos últimas elecciones cafeteras, e introduje el voto por celular, logrando la mayor participación de la historia electoral cafetera, con 221.000 votos que representan  65%. 

Fui el creador, en 2005, de la Cédula Cafetera Inteligente, el instrumento más novedoso hasta ahora implementado en la zona rural, que permite transacciones financieras sin sucursales bancarias en 500 municipios y que cuenta con 425.000 usuarios.

Finalmente, el Gerente de la Federación destacó mi genuino interés por el bienestar de los productores y sus familias, y me puso como ejemplo de servicio para los cafeteros y la dirigencia. La imposición de la medalla con la presencia de Jorge Cárdenas y Gabriel Silva representaba un periodo de 25 años al servicio de los cafeteros.

Me comprometí con el señor director de La República a sostener una columna sobre café, que a su criterio hacía falta al país. Durante 20 meses he defendido, ante propios y extraños, sin descanso, a los caficultores, las instituciones y un sano modelo de caficultura con equidad. En mis escritos me he atrevido a hacer planteamientos que no coinciden muchas veces con lo que quisiera la administración del gremio, pero que pueden ser útiles al debate que requiere este sector, para enfrentar la nueva realidad. 

Sin embargo el señor Gerente, en contradicción con los elogios y reconocimientos que expresaba en la condecoración, ha resuelto desacreditarme a través de descalificaciones personales, que no están a la altura del cargo ni de sus respetuosos antecesores, que jamás rehusaron el debate público, absolutamente tolerantes, y con capacidad de aportar con conocimiento. 

Los problemas del café se resuelven con argumentos y propuestas, no con improperios y ofensas.

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