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Analistas 29/04/2025

“Don Jorge”

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo

Siempre lamentaremos la muerte del doctor Jorge Cárdenas Gutiérrez -don Jorge, como siempre le decíamos- como un gesto de respeto y reconocimiento al líder cafetero que se ganó el aprecio de toda la nación.

Fue uno de los jóvenes antioqueños que incursionaron en la vida nacional, finalizando los años 50, hasta llegar rápidamente a la Federación de Cafeteros, después de conocer al doctor Arturo Gómez Jaramillo en Washington, cuando el dirigente gestionaba la creación del Pacto Internacional del Café y don Jorge hacía sus estudios de especialización.

Muy rápido ocupó el segundo cargo en jerarquía en el gremio y, como gerente auxiliar, ejerció como vocero ante el país por cerca de 20 años, con la prudencia y serenidad que siempre lo caracterizó, sin protagonismos, sin opacar nunca a Gómez Jaramillo, mientras él se ocupaba de consolidar el Acuerdo Internacional del Café, que gracias a su diplomacia y liderazgo logró crear y mantener.

A don Jorge le correspondió consolidar las instituciones cafeteras. Con un extraordinario tino político para desenvolverse dentro de la denominada “Escuela Económica Caldense”, que en aquellos años dominaba la orientación de los asuntos cafeteros.

Fue la época en la que la Federación ocupó el lugar del Estado en las regiones cafeteras, siendo responsable de la construcción de la infraestructura de carreteras, escuelas, puestos de salud, electrificación y acueductos, más agresiva que se ha hecho en Colombia, ejecutada con eficiencia.

Como gerente auxiliar ejercía como el hombre más poderoso en la relación con el Estado, en las juntas del Banco de la República, de Comercio Exterior, en la Junta Monetaria, en el Conpes, para sólo mencionar algunos. Así entendemos la razón por la que “Don Jorge”, además de dirigente gremial, era un hombre de Estado.

En 1982 asume como gerente general -cuando ya el café entraba en dificultades por el exceso de producción- fruto de la bonanza de 1977, manteniendo a Colombia como líder del Pacto del Café, que se terminaría en 1989 por voluntad de los países desarrollados. De allí en adelante se bate como un gladiador, tratando de restablecerlo y así defender un ingreso estable y remunerativo a los productores.

No menos importante es su permanente apoyo a la solución de los problemas del país, como la reconstrucción de Popayán después del terremoto de 1983, la creación de “Resurgir” para reconstruir las zonas afectadas por la erupción del volcán del Nevado del Ruiz; igual para la creación del Forec para reconstruir el Eje Cafetero, después del terremoto, y el apoyo a Fogafín para salvar la banca -y a Colombia- de una debacle económica. Especial su dedicación a la educación y la investigación. Entidades como Fedesarrollo y Colfuturo contaron siempre con su apoyo.

Desde luego uno de sus mayores aportes fue la formación de hombres de Estado, llevando a los mejores profesionales a trabajar con él y, bajo su consejo y orientación se formaron para servirle al país. Un presidente, varios ministros de estado, magistrados de las cortes, congresistas, gerentes y codirectores del Banco de la República, sólo para citar los más relevantes.

Lamentamos que su velación en cámara ardiente no hubiera sido en la Federación Nacional de Cafeteros, como cuando murió Arturo Gómez Jaramillo, siendo gerente Gabriel Silva.

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