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Vemos luego de más de tres años de guerra entre Rusia y Ucrania, que estamos ad portas de un eventual cese al fuego y de hostilidades, gracias a la voluntad política de las partes y del compromiso (la orden a Ucrania) que ha asumido los Estados Unidos, por el interés de tener el control sobre un área muy importante para la economía mundial como lo es el suministro de importantes cantidades de minerales críticos que posee Ucrania.
Vale la pena recordar que dependiendo del lugar geográfico y del nivel de madurez del sector minero en dónde nos encontremos podemos definir minerales estratégicos, minerales críticos o simplemente minerales. Como país aún no hemos tomado la decisión de apalancar nuestro crecimiento económico en un sector tan estratégico como lo es el minero. El carbón, el oro, el cobre, el ferroníquel, la plata, el tungsteno, el litio, las tierras raras, entre otros, hacen parte de los recursos minerales que se encuentran en nuestro subsuelo, pero que desafortunadamente no hemos sido capaces de cuantificarlos, medirlos e incluso clasificarlos, con el fin de aprovechar el valor agregado que de ahí se desprende para lograr un importante papel en el mercado mundial de minerales. Añadir valor, y generar nuevas cadenas de integración vertical y horizontal de estos procesos productivos deberá ser uno de los requisitos en caso que tomemos la decisión de mirar con otros ojos a nuestros recursos naturales minerales.
No en vano, las potencias mundiales (China, Estados Unidos, Japón, entre otros), identifican a lo largo y ancho del mundo, expectativas o probabilidades altas de ocurrencia (léase potencial) de posibles minerales críticos, con el fin de garantizar el monopolio de su futura extracción en el mediano y largo plazo, y tomar ventaja competitiva con otras potencias que están haciendo exactamente lo mismo, independientemente de las restricciones ambientales, sociales y de conflictos bélicos que se presenten, es garantizar su futura extracción y aprovechamiento.
Esos minerales críticos, especialmente los 17 que forman las tierras raras, que los gobiernos de izquierda, centro y derecha buscan en todo el planeta tierra, garantizan entre otros temas, la calidad de vida que poseemos en la actualidad como sociedad contemporánea. Y no es solamente el tema de producción de armamento militar para la seguridad, sino las demandas en otros sectores a saber:
Descarbonización y tecnologías energéticas, Infraestructura y construcción, Aplicaciones industriales (avanzadas y tradicionales), herramientas de digitalización y eficiencia energética y consumo sostenible y hasta modo de acumulación de riqueza. Recordemos que algunos de los usos finales, de dispositivos que utilizamos a diario, se ven reflejados en: Minerales y metales en vehículos eléctricos, en dispositivos móviles, digitales y tecnologías de la información, en las energías renovables.
Con todo lo anterior, queda demostrado que el camino lo están trazando las potencias mundiales con relación a la importancia estratégica que han venido protagonizando los minerales críticos, los minerales estratégicos o los minerales en su amplio sentido de la palabra. ¿Colombia cuándo tomará esa decisión de aprovechar la riqueza natural mineral? ¿Podrá el sector minero servir de base para alcanzar niveles de equidad en nuestros territorios?, ¿Seremos capaces de aprovechar las ventajas comparativas y competitivas para garantizar un futuro menos incierto como país minero? Con el tiempo, lo sabremos.
En vez de celebrar una hazaña cada cuatro años, debemos construir un ecosistema que produzca resultados sostenibles. Países con menor población como Uruguay o Ecuador han logrado modelos exportables
Viene un periodo de violencia política, de amenazas constantes, de narrativas de odio y de mayor polarización, lo cual pondrá a prueba la fortaleza de nuestras instituciones