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Analistas 16/01/2024

Succession, Petro

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista
La República Más

Petro ha sido tan mal presidente que no debería ser difícil sustituirlo; pero, abusando de la inclusión políticamente correcta, el progresismo reencauchó a personajes cuestionables, como Piedad Córdoba, y posicionó a otros trepadores, caso Laura Sarabia, que carecen del perfil requerido para inspirar y dirigir la transformación institucional.

En el sonajero de precandidatas hizo ruido la primera dama, pero Socorro no ayudó a reanimar la fiesta del deporte en el Caribe; además, tampoco tiene la capacitación, la experiencia ni el talante para marcar el paso en el sector Ejecutivo, sin pisar a los demás. Entretanto, la vicepresidente Francia Márquez es una sombra de la alternativa que representaba cuando tenía la entereza de plantarle cara a cualquiera, incluyendo a Petro, durante las primarias del Pacto Histórico.

El Ministerio de la Igualdad y Equidad dejó en evidencia su incoherencia e incompetencia ejecutiva, porque los activistas y opositores normalmente defraudan al voto popular cuando asumen la responsabilidad de gestar proyectos de ley, estructurar planes de gobierno y garantizar su cumplimiento, o intervenir el engorroso modelo de gestión pública.

Así ocurrió con Claudia López, la peor alcalde de la capital según el histórico de Invamer, e idéntico destino esperaría a Cabal, a quien hasta Verónica podría capotear, pues también refuerza los vicios del pasado, desechando las virtudes de la feminidad, porque su agresividad es reflejo de tanta incultura ciudadana.

El descontento con las precarias realidades y prospectivas convocó una asamblea constituyente, a finales del siglo pasado, y ese estallido social persiste porque seguimos dando pasos atrás, o reportando escasos avances. De hecho, si alguien hubiese hecho la diferencia, en este país donde reina la doble moral, habría sido impensable que ganara la presidencia un exguerrillero.

Aunque parezca locura, surgió la nominación de Carolina Corcho, psiquiatra y exministra que abanderó la reforma contra la Ley 100, cuyo fracaso nos heredaron Gaviria y Uribe. A propósito, a través de El Tiempo, un reconocido colega suyo emitió diagnosticó: los colombianos padecemos trastornos tan diversos y simultáneos, que permanecemos anclados en lo negativo (¿Cómo andamos de salud mental los colombianos para el 2018?, 26/12/2017).

Esa tendencia la utilizó conveniencia Santos, aunque su ministro Alejandro Gaviria ignoró la salud mental durante dicho gobierno. En río revuelto, emergen caballeros como Germán Vargas, quien conoce el Estado, se independizó de Gaviria-Uribe y tuvo éxito en la rama ejecutiva con Santos. Mac Master, además de tener apellido internacional, dirigió el Departamento de Prosperidad Social, y preside el gremio industrial. Finalmente, el expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo, donde logró poco, intentará salvar los Juegos Panamericanos, usando como lema de campaña “Más Gerencia Menos Politiquería”.

Me encantaría postular a María Ángela Holguín, reconocida diplomática y pareja del excandidato presidencial Sergio Fajardo. También a Cecilia López, una genuina socialdemócrata, quien incluso intentó colaborar con la causa del cambio.

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