«Ingeniebría»

Hace 25 años, Eduardo Aldana publicó: ¿Crisis de la ingeniería colombiana al final del siglo XX?

Mientras que el IDU, Transmilenio, Reficar, Chirajara, Space e Hidroituango siguen aportando evidencias incontestables, sobre la incompetencia o corrupción de esa profesión, quien preside la Cámara Colombiana de la Infraestructura protesta que el Plan Nacional de Desarrollo permitiría que aquellas chambonadas las “hagan los no ingenieros”.

Nuestra primitiva economía se desindustrializó, y depende de los commodities o la construcción, aunque todo el tiempo amenazan con derrumbarse los precios internacionales, las obras civiles y los huecos bogotanos. Hasta los chinos se colombianizaron, y el Metro puede convertirse en otra catástrofe.

Caicedo Ferrer confundió a la “economía popular” con la informalidad, y excluyó en sus observaciones a las microempresas. Abogó por 68.062 pymes de ingeniería, señalando que otorgar garantías laborales a los “rusos” equivale a liquidarlas; finalmente, sin mostrar señales de contrición, sentenció que el PND “limita la pluralidad de oferentes y coarta la libre competencia”.

Aunque no defiendo los débiles cimientos del gobierno Petro, tampoco admito que le vuelquen todos los escombros. Las mipymes son manipuladas por los grandes contratistas, y la mediocre Ley de Pago en Plazos Justos acaso fue paliativa. Igual, son corresponsables de tantos fracasos, tal como la costosa burocracia del Copnia, el Icfes y las Universidades, que no garantizan calidad en la acreditación de competencias profesionales.

En La Nueva Atlántida, Bacon proponía organizar el desarrollo usando arquetipos denominados como “Depredadores”, “Mineros”, “Inoculadores”, “Benefactores”, “Compiladores”, “Faros” y “Mercaderes de la Luz”. Dichas etiquetas, y sus narrativas, mantienen vigencia incluso si las extrapolamos para referirnos a los Ingenieros de Sistemas, cuyos proyectos virtuales también acusan genuinos desastres, porque desfasan su alcance, costo y tiempo.

Pero la ingeniería moderna es financiera y comercial. Esas inexplicables clasificaciones erigieron Estafas Piramidales, autoinmunes ante el colapso del planeta. A propósito, según el FMI, el país más rico es Luxemburgo, tan minúsculo en área y población, como mayúsculo en riqueza y fraude. Paraíso Fiscal (https://fsi.taxjustice.net/), su fulgor oculta sombras: Lux traduce “luz” del latín; es la raíz de “lujo” en inglés (Luxury), y el sufijo de aquella monarquía, en español, puede derivarse como “Lux-em-burguesía”.

La calificadora de riesgo Moody’s, que había mantenido el grado especulativo para Ecuador, condenó la operación que hizo un banco quebrado, Credit Suisse, como parte del mayor canje de “deuda por naturaleza”, para liberar escasos recursos destinados a proteger las Islas Galápagos, que otrora inspiraron la Teoría de la Evolución.

Su “interventoría” valora eso como “incumplimiento”, pues aboga por los Inversionistas: no por la Humanidad. Semejantes conflictos de intereses contaminan, y contagian al atribulado estado colombiano, donde se deshacen obras como castillos de naipes, y el andamiaje institucional tambalea por causa de los cálculos democráticos.