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Analistas 22/04/2023

Fines, medios e incertidumbre

Germán Bolívar-Blanco
Analista y consultor
La República Más

Vivimos casi siempre con incertidumbre entre fines y medios, en un mundo marcado por egos que impiden la verdad, al carecer de certezas sobre las consecuencias detrás de las lógicas sutiles implícitas en las decisiones y conductas asumidas cada día y momento durante la existencia, así creo que la realidad personal y social depende en gran medida de esto, donde lo que somos y tenemos en espíritu y materia, resulta de la congruencia entre la naturaleza, sentido y tratamiento que damos al logro de las metas en todo orden.

Claro no siempre recibimos lo que damos, tal vez porque cuando nos devuelven mal por bien, no entendemos que en la naturaleza humana prima el egoísmo y difícilmente el altruismo y la bondad resulta en bienestar reciproco y colectivo, así debemos aprender a dar y servir sin esperar nada más a cambio que satisfacción personal, en la certidumbre y seguridad que seremos compensados al máximo encondiciones inesperadas, independiente de la existencia del cielo o del hades, de hecho presentes en la vida de todos según nuestros actos.

Un análisis sobre la realidad social y también acerca de la esencia del régimen actual basado en lo anterior, puede partir del diagnóstico del Nobel iconoclasta Gabriel García Márquez en la proclama “Por un País al Alcance de los Niños”, del informe de la misión de sabios, donde expresó que “dos dones naturales nos han ayudado a suplir los vacíos de nuestra condición cultural y social, y a buscar a tientas nuestra identidad. Uno es el don de la creatividad, expresión superior de la inteligencia humana. El otro es una arrasadora determinación de ascenso personal. Ambos, ayudados por una astucia casi sobrenatural tan útil para el bien como para el mal que fueron recurso providencial de los indígenas contra los españoles desde el día mismo del desembarco”. También destacó que “Nuestra insignia es la desmesura. En todo: en lo bueno y en lo malo, en el amor y en el odio, en el júbilo de un triunfo y en la amargura de una derrota. Destruimos a los ídolos con la misma pasión con que los creamos. Somos intuitivos, autodidactas espontáneos y rápidos, así comotrabajadores encarnizados, pero nos enloquece la sola idea del dinero fácil. Tenemos en el mismo corazón la misma cantidad de rencor político y de olvido histórico”.

De ahí nuestra idiosincrasia es una amalgama densa de fines y medios antagónicos que dan cuenta de la ambivalencia paradójica de ser un país rico en recursos humanos y naturales, pero contrariamente pobre en equidad e ingresos. Lo mismo sucede con nuestro sistema político y democrático, el más estable de la región, pero el más amenazado en su base y estructura institucional ante un gobierno anarquista del cual no sabemos que esperar, que es tan malo en tanto surgió del complejo, rencor y odio, y ahí se quedó.

Así sus fines y medios son macabros y turbios desde el origen al presente de su líder, con marcado acento entre algunas personas que lo acompañan y defienden sin ninguna vergüenza las vías de hecho, los bandidos, así como los regímenes autoritarios de izquierda que tanto daño han hecho y convirtieron estos oscuros momentos, en la era de la nefasta incertidumbre.

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