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TRIBUNA EMPRESARIAL 16/09/2025

Del precio al valor: la nueva ecuación del café

Germán Bahamón
Presidente de la Federación Colombiana de Cafeteros
GERMAN BAHAMON

La pregunta que hoy todos se hacen es: ¿Qué pasará con los precios del café? ¿La reciente subida, es sostenible? El temor a la volatilidad es legítimo, pero no podemos permitir que la ignorancia conduzca a propuestas simplistas como abandonar el modelo transaccional del café en la bolsa. No tenemos una bola de cristal, pero sí contamos con argumentos fácticos para comprender el fenómeno desde la perspectiva macroeconómica. Según la Organización Internacional del Café, en los últimos cinco años el balance mundial de oferta y demanda cerró con déficit en cuatro de los cinco años; en total, 14 millones de sacos no han salido de los campos cafeteros del mundo para atender las necesidades de la industria, obligando a que los inventarios en origen y en destino se reduzcan a su mínima expresión, e incluso desaparezcan en algunos continentes.

En este año cafetero que concluye el 30 de septiembre de 2025 se esperaba equilibrio -lo producido igual a lo consumido-, pero las recientes noticias de Brasil indican que entre 4 y 5 millones de sacos menos saldrán de ese país con respecto a los pronósticos que se tenían. Con ello se completarán seis años consecutivos con déficit, y por eso se aprecia el café. Colombia cerrará con su mejor cosecha desde 1992 y se consolida como país protagonista, aun cuando representamos 8% de la producción mundial y tenemos el segundo lugar en arábica con 15%.

La trayectoria de precios confirma estas tensiones. En septiembre de 2019 la libra en la bolsa ICE de Nueva York cotizaba en 101,95 centavos; durante la pandemia, el precio llegó a multiplicarse por 2,3; luego retrocedió y en septiembre de 2023 se tranzó a 146,15 centavos y, a partir de enero de 2024, inició una tendencia alcista que hoy, en septiembre de 2025, nos sitúa alrededor de 397,25 centavos. Esta escalada ha impuesto una presión inconmensurable de capital sobre la industria y los traders: hoy se necesita más de tres veces el capital que la cadena de abasto requería antes, y esa exigencia ha quebrado compañías multinacionales incapaces de financiar el nuevo ciclo de precios e inventarios.

Lo más revelador, sin embargo, es la resiliencia del consumidor. A pesar del incremento, el café ha demostrado ser un bien con demanda inelástica: el consumo no ha caído. El consumidor, antes habituado a pagar menos, ha reafirmado el verdadero valor que esta bebida tiene en su vida, y lo hizo incluso antes de que el mundo recibiera la certificación de la FDA declarando al café una bebida saludable. En Estados Unidos -el mayor consumidor global-, el primer semestre de 2025 ofrece un test decisivo frente a la “nueva realidad” de precio: el valor de la categoría crece +6,9% y el volumen también crece, +0,5%. Dentro de los segmentos, las cápsulas capturan 41% del valor de la categoría; el café tostado y molido representa 38,7%; y el café instantáneo (soluble) alcanza 9%, siendo además el que más crece en volumen, con un +7%. A la par, el fenómeno de las bebidas listas para consumir (RTD) adquiere un peso propio: por su conveniencia, practicidad y capacidad de abrir nuevos momentos de consumo, el valor del RTD ya es el doble del valor del café instantáneo.

En consumo, la comparación internacional ofrece lecciones claras. Brasil, mayor productor del mundo con aproximadamente 60 millones de sacos, es además el segundo consumidor en volumen y destina al mercado interno cerca de un tercio de su producción: su consumo ronda los 21 millones de sacos. Colombia, por su parte, produjo 14,9 millones de sacos en los últimos doce meses pero solo consume 2,2 millones; y si descontamos los 700.000 sacos que importa la industria, el consumo interno efectivo equivale apenas 10% de nuestra producción. El diseño de política pública importa: en 2001 el gobierno de Brasil incluyó de manera obligatoria la bebida de café con leche en el programa de alimentación escolar; en Colombia, aunque el café ya es la bebida nacional, todavía no se exige en el PAE, ni se exige en los procesos de Colombia Compra Eficiente que sea 100% colombiano.

Aun así, hay señales positivas en el frente doméstico. En el primer semestre de 2025 la categoría de café tostado creció +21,6% en valor y +3,2% en volumen. Las marcas premium ya capturan el 8,44% del valor y ganan presencia en las góndolas con café 100% colombiano de calidad. El café instantáneo, que concentra 34,6% del valor de la categoría, también avanza con dinamismo, creciendo +4,7% en volumen. Este conjunto de cifras confirma una categoría que crece en valor y en volumen, con segmentos diversos para atender gustos, tendencias y nuevos momentos de consumo, y que ahora, además, se consolida como bebida saludable.

Mirando adelante, el siguiente capítulo es la economía circular: cosméticos, alcohol, fertilizantes y bebidas energéticas derivados de los coproductos de café ampliarán la frontera de valor, generarán empleo, industrializarán regiones y abrirán oportunidades profesionales para los jóvenes. El café no es solo una materia prima; es un ecosistema productivo y social que dinamiza territorios enteros.

Por todo lo anterior, la conclusión es inequívoca. El precio que la industria paga hoy por el café a los cafeteros es un precio justo. El consumidor ha estado dispuesto a pagar por un producto que hoy brinda enormes beneficios de salud, y hemos valorizado la categoría. Aunque hoy exista una mayor exigencia de capital, cada eslabón puede ganar más y se construye sostenibilidad cuando se paga lo justo al cafetero. Ese es el camino responsable para blindar a toda la industria, asegurar la rentabilidad del productor.

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