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La reciente OPA de acciones de Nutresa ha dado mucho de qué hablar. Analistas y actores están dando sus puntos de vista. El desarrollo de la operación es algo sin duda interesante.
En estos días algunos de los accionistas actuales han salido con débiles argumentos a explicar cómo están reaccionando a la sorpresa que recibieron. En particular hablan de Responsabilidad Corporativa, tratando de divorciarla del valor económico, y de un timing difícil debido a la pandemia. Considero que ambos puntos son excusas pobres para justificar por qué los accionistas están donde están.
Nugil ve en Nutresa la oportunidad de crecer el negocio de alimentos y generar valor para los accionistas y la sociedad. Tan es así que está proponiendo pagar a los accionistas una prima de alrededor de 38% sobre el valor de la acción a la fecha que se anunció la OPA. Y ha demostrado tener los medios para hacerlo.
Ante la evidente pérdida de valor de la acción de Nutresa durante los últimos 10 años, alrededor de 50% en dólares, han surgido comentarios que parecieran querer justificar el bajo precio de la acción de Nutresa, e incluso de otras empresas que se sienten vulnerables, diciendo que dichas compañías no buscan únicamente riqueza económica, sino también colaborar en la solución a desafíos de la sociedad, mejorar la vida de las personas, contribuir al desarrollo de Colombia y otros países.
Como si lo primero excluyera lo demás. De cierta manera están diciendo: nuestra acción no vale mucho, pero somos buenos ciudadanos corporativos. El concepto de que las empresas deben crear Valor Compartido, es decir, no solo generar utilidades para sus accionistas sino también traer beneficios a empleados, proveedores, clientes y la sociedad como un todo, no es nada nuevo.
El profesor Michael Porter, de la universidad de Harvard, lo popularizó hace más de 10 años. Desde entonces muchas empresas que han comulgado con ese concepto lo han venido aplicando. Nutresa lo ha hecho, y muy bien. Es precisamente una de las fortalezas que hace atractiva la compañía para el Grupo Gilinski y sus socios. Al igual que los activos, las marcas, el equipo directivo.
Pero el principio del Valor Compartido no separa el valor económico de una compañía de sus aportes a la sociedad. Todo lo contrario. El tratar bien a sus trabajadores, darle un manejo responsable a las cadenas productivas, reducir el impacto de sus empaques, fabricar productos saludables, trabajar de manera ética, buscar mejorar las condiciones de vida de la comunidad colaborar con gobiernos y ONGs para ayudar a resolver problemas sociales, todo eso debe redundar en beneficios para empleados, clientes, cadenas de abasto.
Por lo tanto, para la compañía. Y por consiguiente debe verse reflejado en el precio de la acción. Es decir, en el caso de Nutresa (y en el de Sura), el valor que le asigna el mercado a la acción ya incorpora todo el buen trabajo que está haciendo en el campo de responsabilidad social y de sustentabilidad.
Es parte integral de su misión y estrategia de largo plazo, como lo dicen públicamente. Misión y estrategia que seguramente son de los factores apreciados por el señor Gilinski y sus socios. Otro argumento que ha salido a colación es que la OPA propuesta se da en un momento de mercado complejo dados los efectos de la pandemia.
Dos observaciones al respecto. Primero, no se trata de una situación puntual. La acción de Nutresa no ha estado a precios bajos únicamente en 2021. Como lo han anotado varios, durante los últimos diez años el precio de la acción ha bajado en alrededor de 50% en dólares. Segundo, en efecto el contexto es difícil. Lo es para todos, en Colombia y en el mundo, no solo para Nutresa.