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Analistas 08/10/2020

Adiós Electricaribe

Eduardo Verano de la Rosa
Gobernador del Atlántico

Acabó la dolorosa etapa de Electricaribe en la Región Caribe, que atrasó notablemente nuestro desarrollo económico y social. El pasado 16 de enero de 2016 los recién posesionados Gobernadores y Alcaldes del Caribe unidos a los gremios y parlamentarios nos reunimos con el gobierno Santos para expresarle lo que habíamos vivido en la campaña: el reclamo constante por el pésimo y costoso servicio de Electricaribe.

En el año 1998 vendieron las Electrificadoras del sistema Corelca a Unión Fenosa, y nueve años después en una operación financiera la entregaron como parte de sus activos a Gas Natural, empresa que no tiene la electricidad como negocio principal. De pronto se vieron dueños incómodos de una empresa eléctrica en el Caribe y no atendieron adecuadamente lo administrativo y financiero y mucho menos lo técnico. Eso detuvo el mantenimiento y la expansión de las redes y la calidad del servicio se vino a pique.

A pesar de este escollo el Caribe se mantuvo como un mercado atractivo con 25% del consumo nacional con la mayor dinámica ya que crece el doble del país 8%. Pero, con la peor calidad a pesar de tener la mayor utilización por el clima.

A raíz de la reunión con el Presidente de la República se propiciaron tres importantes etapas: la primera se dió una nueva oportunidad a Gas Natural y se impulsó además un plan de inversiones del Gobierno Plan 5 caribe que ha sido exitoso. La segunda ante el poco avance de la empresa Superservicios intervino Electricaribe para calmar los ánimos y hacer más atractiva la empresa. La tercera etapa fue la escogencia del operador. Todo eso demoró cuatro años. Mientras tanto las pérdidas y los cobros nunca habían estado tan mal, la inversión nunca había sido tan baja en materia de reposición de redes y aumento de la capacidad de transmisión y distribución de energía. La crisis se hizo mayor.

El Caribe colombiano tiene 120 horas/año de suspensión del servicio y en la Mojana, por ejemplo, llega a 200 horas/año. Inaceptable si se compara con el promedio nacional de 35 horas por año de interrupciones.

Hay dos tareas principales para poner orden en las finanzas de la empresa. Lo primero aumentar los recaudos que llegaron en manos de Unión Fenosa a 93% hace 10 años, cayeron con Gas Natural a 82%. Y recientemente durante la pandemia bajaron a 73%. La segunda disminuir las pérdidas técnicas y fraudes que llegaron a una cifra histórica de 28,5%. Si se suman estos dos puntajes se concluye que 55% de lo facturado no llega a la caja de la empresa. Y sin recursos no se hacen las inversiones que se requieren y se afecta la calidad. Cada punto representa $40.000 millones al año.

Ojalá este proceso logre lo que queremos. Un nuevo operador privado responsable que garantice inversiones obligadas por más de $10 billones para hacer la expansión con modernas subestaciones encapsuladas, redes robustas de distribución, protección y comercialización. Un plan de mejoramiento contundente. Solo así se recuperará la confianza colectiva en la empresa.

La energía es la base de nuestro desarrollo económico, pero con la calidad que exigen los promotores de emprendimientos de alta tecnología que nos deben llevar al máximo de nuestro potencial.

Para resaltar la lección aprendida de lo que logramos cuando impulsamos procesos de trabajo en grupo y nos proponemos metas con claridad de objetivos. Ya dimos el paso, y cómo lo dijo el editorial de El Heraldo bienvenidos Air-e y Afinia, y “hasta nunca Electricaribe”.

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