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Analistas 28/10/2017

De coscorrones y dedazos

Edgar Papamija
Analista

No es favorable para la economía el ambiente previo a la campaña electoral. Si bien es cierto los factores que podrían preocupar a los responsables del manejo económico del país se mantienen controlados, nada garantiza que inflación, desempleo, crecimiento e inversión permanezcan estables en los linderos de la mediocridad en que hoy se encuentran. Hay innegables cargas de profundidad accionadas por cuenta de actores políticos, funcionarios públicos y sectores sociales que salen a las calles y carreteras del país a expresar su inconformidad.

En este electrizado ambiente no ayuda la posición de quienes aspiran a la Primera Magistratura. Nadie entiende la posición del expresidente Germán Vargas que, después de paladear las mieles del poder durante siete años, sale a mostrar el lado oscuro de una personalidad desconocida. Claro está que lo que mal inicia, mal termina.

El presidente Santos repite la cuestionada fórmula de entregar manejo presupuestal a su posible sucesor, patentando la fórmula perversa de llegar al poder por la vía de la distribución de prebendas económicas y favores clientelistas. Qué lejos estamos, moralmente, de las épocas cuando los posibles sucesores al Solio de Bolívar eran enviados al exterior para evitar su contaminación con los recursos públicos y burocráticos.

Afortunadamente a Vargas Lleras no le salieron las cosas bien. Criticar el proceso de paz recurriendo a argumentos francamente populistas, tomando a hurtadillas los argumentos desgastados del Centro Democrático, contra la paz y contra la Justicia Especial de Paz, atribuyéndole alcances que no tiene, ha producido efectos negativos en la opinión. Ojalá esta lección sirva para que los políticos abandonen el fácil expediente de las mentiras expresas o las verdades a medias. Afirmar que 48 millones de colombianos, incluidos los expresidentes de la república, cambian de juez natural o que miles de soldados cubanos ocupan Zonas de Reservas Campesinas para desarrollar una supuesta estrategia política para incendiar el país y ahondar el conflicto, son exageraciones sin sustento que más bien demuestran el afán de asaltar a la opinión.

De otra parte, no son alentadoras las noticias sobre el avance de los Acuerdos de Paz en el Congreso. La reforma política, si termina su accidentado trámite no pasará de ser una reformita electoral donde los parlamentarios han metido la mano para mantener privilegios y evitar a toda costa la democratización y el relevo. En ese ambiente de mezquinos intereses pasó furtivamente el presupuesto del año próximo. No habrá dinero para el posconflicto y no será fácil la situación del nuevo gobierno con el gasto público reducido de 25,4% del PIB a 24,1% del PIB.

Y el escándalo semanal, no podía faltar. A las denuncias sobre los abusos, del exdirector del Sena Alfonso Prada, ahora dueño del computador de Palacio, se suma el “dedazo billonario” en el Ministerio de Agricultura donde al parecer, y según denuncias de Caracol Radio, el exministro Iragorri, siguiendo los pasos de su progenitor, ha feriado, a dedo, más de $3 billones para aceitar maquinarias políticas.

Ojala Iragorri dé explicaciones satisfactorias pues en su departamento del Cauca, hoy en ebullición social, se especula sobre “frascos de mermelada” dispuestos, a través de fundaciones, con fines electorales.
No hay en el Gobierno ni en la clase política, arrepentimiento y espíritu de enmienda. En la penumbra de esta coyuntura, debe primar la sensatez en los candidatos a la Presidencia.

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