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Analistas 05/06/2023

Petro no manda en casa

Diego Gómez
PhD, Director ECSIM

La rápida descomposición del poder en el gobierno de Gustavo Petro es preocupante para el país. Los continuos escándalos por corrupción y abusos de poder, unidos a una falta de liderazgo efectivo por el mandatario han marcado una senda de degradación difícil de revertir.

La caída del gobierno de Allende estuvo marcada por un colapso de la economía. En Colombia se están dando más colapsos además del que vendrá para la economía: el colapso de la gobernabilidad del presidente, el colapso de su agenda de reformas, y uno muy delicado para la ciudadanía: el colapso del control social, del control territorial y con ello la seguridad de la ciudadanía.

Las enormes incompetencias, la falta de claridad, los intereses oscuros, están haciendo que la llamada Paz Total destroce la gobernabilidad y la integridad territorial del país. Una alerta mayor la dio el paro minero en el Bajo Cauca antioqueño. Simplemente, el estado fue sometido y la intención de Petro de quemar dragas ilegales la tuvo que reversar. Luego de visitar la zona se llega a la conclusión de que allí simplemente no manda el estado.

El pasado 17 de mayo la OEA hizo público su informe número 35 de seguimiento al proceso de paz en Colombia haciendo énfasis en su seguimiento a La Paz Total, a la cual la entidad había hecho público su apoyo. El informe es devastador. En el país se ha perdido el control social en muchas comunas de las ciudades y en extensas regiones del territorio. La extorsión, la restricción a la movilidad, la expedición de autorizaciones por parte de los grupos criminales es la práctica generalizada.

Las encuestas de comerciantes, las de seguridad ciudadana y más recientemente las encuestas de jóvenes dan cuenta del drama social que se está viviendo. La Paz Total está destrozando el tejido social y la seguridad ciudadana. Las observaciones del informe son detalladas y angustiosas. Pero no hay gobierno para implementarlas.

En la misma línea, la Agencia de Cooperación Española y la Fundación Carolina publicaron el estudio “Colombia ante la Paz Total de Gustavo Petro”. Señalan “El programa de la Paz Total es todavía bastante ambiguo al no contar con un documento conceptual y operativo que permita delimitar su interpretación y visibilice específicamente su alcance y sus límites. En consecuencia, la Paz Total tiene importantes desafíos en cuanto a su significación y criterios de implementación”. Es decir, no se sabe ni para donde va ni cómo, terminó por convertirse en una agenda extraña y oscura en la cual pescan los criminales y sufre la ciudadanía.

A continuación, indican: “El proyecto de Paz Total no cuenta con una estrategia de seguridad y defensa que permita la ejecución idónea en los territorios más afectados por el conflicto y por las violencias de diferentes actores. Ahora bien, la obligación del Estado de garantizar la seguridad no es un tema negociable con las bandas criminales, lo que agrega un ingrediente de complejidad para la diferenciación y alcance del programa de paz”.

En los territorios el control social lo está asumiendo la ilegalidad con graves consecuencias para la seguridad de los jóvenes. La reciente encuesta de la Universidad del Rosario indica que los jóvenes se le bajaron a Petro, y la razón central es la inseguridad ciudadana que sienten.

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