El Soat y la corrupción colectiva

El subdesarrollo colombiano y latinoamericano tienen como uno de sus componentes y causas fatales la corrupción colectiva. Un buen ejemplo para ilustrar esta problemática es el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat), que se ha implementado progresivamente en diferentes países del mundo.

En Colombia, se ha armado un entramado corrupto en el que clínicas, redes de ambulancias y usuarios se aprovechan del esquema del seguro para obtener rentas ilegales con sobrecostos, servicios y procedimientos innecesarios que copan la cobertura de la póliza. Denuncia Fasecolda que, por cada unidad de póliza asegurada, están teniendo 1,86 de factor de siniestralidad. A este problema se suman la alta accidentalidad y la alta evasión, que en el caso de las motos, señala el mismo gremio, 61% no tiene esta cobertura.

El Soat en Colombia se implementó en un momento en que el sistema de salud tenía poca cobertura, un accidentado se enfrentaba al “paseo de la muerte”. El Soat salvo muchas vidas. La crisis del Soat es el caso en que los “vivos” (los corruptos) matan.

La crisis se genera a partir de que las compañías de seguros no pueden seguir poniendo en riesgo su viabilidad y solvencia ante una regulación estatal, la cual no ha querido asumir su responsabilidad en establecer nuevos marcos que hagan realizable un esquema de aseguramiento. La parálisis institucional, está conduciendo a que no se venda motos y carros sin Soat y el Soat no se vende, pues no puede obligarse a una aseguradora a perder dinero.
Los sistemas de seguro regulados por los estados, como el Soat, tienen la vulnerabilidad de ser presas de esquemas de corrupción colectiva. Garret Hardin en “La Tragedia de Los Comunes” trató este esquema. Los “Commons” en Inglaterra eran esas áreas alrededor de las aldeas que eran para uso común de sus pobladores.

La maniobra de corrupción colectiva consistía en que los pobladores abusaron poniendo a pastar todos los animales que sus recursos personales le permitían… Esta sobrexplotación condujo a la devastación de estos terrenos comunes. Este esquema de abuso es lo que se configura con el Soat y en algún grado con el sistema de aseguramiento en salud.

Siguiendo la línea de análisis de Hardin, o de los trabajos posteriores de Elinor Ostrom, la solución está en un nuevo arreglo colectivo y en una reducción del atractivo de renta ilegal. Con los niveles de cobertura del sistema de salud, la componente de atención del Soat puede concentrarse en el evento de la urgencia. Esto reduciría el costo de esta cobertura y dejaría a la red de corrupción sin una renta de captura.

Una parte importante de la prima de seguro debería destinarse al Sistema de Salud a incrementar la Unidad de Pago por Capitación UPC, como la sobreprima que deben pagar los usuarios de motos y vehículos por el riesgo de accidentalidad. Otra parte debería destinarse a la implementación de un sistema inteligente de control con dispositivos IOT para todos los vehículos.

Retomando la discusión inicial sobre la corrupción colectiva, el objeto de este artículo es la reflexión de cómo la corrupción colectiva genera dinámicas degradativas que conducen a una trampa del subdesarrollo. Colombia y Latinoamérica están plagadas de estos comportamientos. Dos casos de corrupción colectiva que considero importante mencionar: primero, los subsidios capturados por personas que no lo requieren, el ejemplo es la vicepresidenta Francia Márquez. Segundo, los abusos y compras innecesarias con recursos públicos, como los nuevos amoblamientos en la casa de Nariño o los viajes de los concejales de Itagüí.