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Analistas 29/11/2017

¿Una robot como primer ministra?

Diego A. Santos
242 Media Director No Ficción

La primera política virtual, llamada SAM, ya puede responder a cualquier pregunta

Ya nada nos debe sorprender. El mundo está avanzando a pasos tan agigantados que el titular de hoy de esta columna, pese a parecer #FakeNews, no lo es. La primera política virtual, una robot llamada SAM, ya está en capacidad de responder a cualquier pregunta sobre educación, vivienda, medio ambiente o inmigración mejor que muchos políticos. Y esto es solo el comienzo.

SAM es neozelandesa, y la creó Nick Gerritsen, un empresario de 49 años, quien está convencido que para 2020 su creación artificial estará lo suficientemente desarrollada, tras haber absorbido todo tipo de información posible, para ser una contendora viable en las elecciones generales de su país en ese año.

“Mi memoria es tan infinita, que nunca olvidaré o ignoraré lo que me has dicho. Contrario a un político humano, yo tomo en cuenta todas las posiciones, sin parcialidad, a la hora de tomar decisiones”, le dijo SAM a la cadena CNN. Ni Álvaro Uribe tendría una respuesta tan contundente.

SAM aprende de las múltiples conversaciones que sostiene con gente a través de Facebook Messenger. Aún se enreda en preguntas, como las que tienen que ver con historia, pero quién quita que se convierta en el prototipo del político del futuro, uno que pueda gestionar miles de solicitudes por minuto.

Cada vez son más las noticias sobre robótica e inteligencia artificial. Más de 25% del contenido que arroja la plataforma de contenido Flipboard en su sección de tecnología tiene que ver con estos dos campos. Solo en el último mes se han producido varios hechos que no hacen ver tan lejano el día en el que convivamos con humanoides.

El primero sale de la Universidad de Columbia. Sus ingenieros crearon un músculo sintético capaz de levantar 1.000 veces su propio peso. Pero esa no es la noticia. La noticia es que el material del que está hecho puede imprimirse en 3D y replicar la forma de cualquier músculo humano.

¿Qué quiere decir esto? Que se le podrían incorporar todos los músculos humanos a un robot para parecerse a nosotros. Ya solo es cuestión de empezar a perfeccionarlo. Es más, a través de calor eléctrico, el material se comporta como un músculo, que se expande y se contrae.

La segunda noticia salió de las universidades de MIT y Harvard, que desarrollaron un músculo robótico blando que también puede levantar 1.000 veces su propio peso. Sin embargo, este músculo no es de ningún material sintético, sino es una bolsa llena de aire, cuyo soporte es una estructura de origami que sirve como esqueleto. Esto puede conducir al nacimiento del superhumanoide.

Por si fuera poco, la empresa Boston Dynamics publicó un video de su último experimento: un robot que da el salto mortal hacia atrás, y cae a la perfección. Como si la gesta no fuera suficiente, se eleva rápidamente y alza los brazos en señal de victoria. Tan apasionante como terrorífico.

Dos eminencias del mundo de la ciencia y la tecnología, Elon Musk, el creador de los autos Tesla, y el físico Stephen Hawking, llevan un buen tiempo advirtiendo sobre los peligros de no regular el mundo de la inteligencia artificial. Razón no les falta. Vamos creando aparatos infinitamente más inteligentes que nosotros.

Y mientras el mundo ya empieza a tener estas discusiones, en Colombia nos enfrascamos en discusiones sobre la camiseta rosada de Martín Santos. Uhmmm.

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