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Analistas 13/02/2023

Paradoja tecnológica en tiempos de inflación

Daniel Puentes
CEO y fundador Hipal
Analista LR

A diferencia de otros años, en los que en el plano económico figuraban varios factores coyunturales, este arranque de año ha tenido a un protagonista indiscutible: la inflación. Dicho índice, que cerró en 13,12% en 2022, y presentó una variación anual de 13,25% en enero, según cálculos del Dane, tiende a manifestarse con gran particularidad en la percepción de las personas a la hora de comprar tecnología.

Artículos como celulares, computadores, impresoras y demás equipos importados, que cada vez se compran de forma más recurrente, ejercen como un fiel recordatorio sobre cuánto está subiendo el costo de vida en el país, y qué tan rápido lo está haciendo.

Si a este hecho, de por sí ya inquietante para muchos, se le suma la conversación que ha desatado el auge de ChatGPT, de la empresa OpenAI, en la que se argumenta que el trabajo humano tiene los días contados, el imaginario que existe acerca de la tecnología y sus bondades podría mostrarse algo adverso y negativo.

Por fortuna, ese es solo un ángulo de los muchos que tiene la noción tecnológica al día de hoy. Otro, que es radicalmente más alentador, y justifica el título de esta columna, es el que tiene que ver con la tecnología como una aliada para reducir los costos, simplificar los gastos y realizar consumos de forma más inteligente.

Ejemplos hay en abundancia, dependiendo del tipo de sector económico en el que se piense. Quizás, el más universal y transversal en nuestro contexto sean las aplicaciones para conocer el estado meteorológico, que, en áreas como la agricultura, el transporte, el turismo y la construcción, resultan altamente estratégicas al permitir una ejecución de proyectos con mayor precisión y menores recursos.

Otro caso que vale la pena mencionar, a propósito de la reciente decisión del presidente, Gustavo Petro, para intervenir a las comisiones de regulación de servicios públicos, es el de las aplicaciones digitales que operan con servicios, como el de la energía eléctrica, por mencionar uno.

¿Sabía usted que ya existen desarrollos que permiten monitorear y recibir métricas en tiempo real sobre el consumo energético de los hogares? Pues bien, en Colombia ya hay compañías, más que todo startups, que le envían información al celular del usuario sobre la forma en la que se está consumiendo energía eléctrica; de manera que se puedan identificar los picos de consumo, gastos innecesarios y franjas horarias en las que el precio de la energía está más económico.

Así, además de optimizar los consumos y, en consecuencia, reducir las facturas, se puede contribuir a la causa medioambiental, sin necesidad de hacer cambios radicales en los estilos de vida. Precisamente por esta razón, desde Hipal, como referente en la administración digital de copropiedades, nos hemos aliado con Bia, la empresa comercializadora de energía que permite reducir entre un 5% y un 10% el cobro de energía eléctrica gracias a la tecnología.

Con esto dicho, y pese a las narrativas que antagonizan la revolución digital, es evidente que en Colombia la tecnología ya es una alternativa considerable para hacerle frente a fenómenos como el de la inflación. Por supuesto, aún se requiere de grandes esfuerzos en materia de cobertura para que estos beneficios sean tangibles para el grueso del país; lo importante en esta instancia, como en todo, es empezar a trazar el camino. Así es como se moderniza una sociedad, así se vive más inteligente.

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