Hablemos el idioma del dólar digital

Poco a poco el ecosistema Blockchain está pasando de ser un ecosistema tecnológico ajeno a las realidades de millones de personas en el día a día, para convertirse en una herramienta aplicable a distintos sectores para la solución de retos en múltiples frentes, especialmente en términos empresariales, de desarrollo y financieros.

Sin embargo, al tratarse de una herramienta tecnológica relativamente nueva y debido a la estigmatización que sufren las alternativas de tal naturaleza (tecnológicas), la variable de incertidumbre y desconfianza continúa siendo un factor importante que bloquea su aplicabilidad, especialmente en países como el nuestro en los cuales, debido a la falta de información, las personas prefieren guardar su capital debajo del colchón y donde la forma más “rápida” de generar rentabilidad son los acuerdos informales.

FTX, ​​una de las mayores plataformas de cambio de criptomonedas en el mundo, acaba de desplomarse a raíz de la publicación de un documento que declara vínculos financieros con una compañía independiente, Alameda Research, que también era liderada por el exdirector de FTX. Pese a que grandes inversionistas como Binance intentaron enviar un salvavidas a la compañía, el naufragio fue inevitable convirtiéndose en la mayor crisis en la historia de las criptomonedas hasta la fecha.

Si bien la situación para FTX es crítica, una vez más se reafirma el reto que economistas y expertos en Blockchain buscan superar:construir una base sólida, estable y segura para que los activos digitales funcionen en torno al potencial que tienen de transformar y convertirse en soluciones eficientes a muchos de los retos que como sociedad enfrentamos y hagan parte del día a día de las personas. De esta manera, se fortalece la cara amable de la moneda, el mundo predilecto del USDC o dólar digital.

La tecnología se ha dedicado a romper barreras y a evolucionar en el plano digital, incluyendo el sistema financiero que hoy encuentra respaldo en activos digitales como el USDC, una moneda digital vinculada a una moneda fiduciaria: el dólar estadounidense. Fue lanzada al mercado en septiembre de 2018 y desarrollada por Coinbase y Circle con el propósito de convertir la moneda Fiat en tokens USDC, facilitando las transacciones en el ecosistema blockchain.

En paralelo con la caída de un grande, el dólar digital abría la jornada con número récord de inversionistas. El USDC (también conocido como dólar digital) se ha convertido rápidamente en el ecosistema de monedas estables más grande del mundo con una capitalización de mercado de casi 45 mil millones de dólares. Cientos de empresas, productos y servicios respaldan el USDC, entre ellas la firma Goldman Sachs y la auditora Grant Thornton, encargada de emitir los reportes mensuales sobre el estado de las reservas físicas del USDC vs los activos que circulan en digital.

Carteras digitales, plataformas de intercambios, protocolos DeFi, servicios de ahorro, préstamos y pagos utilizan esta moneda. En Colombia, Littio es la empresa que permite a sus usuarios tener una cuenta global gratuita para adquirir estos dólares digitales y guardarlos sin costos ocultos. De esta manera, más de 85 mil usuarios han encontrado en la app una opción para proteger sus ahorros y tener acceso a una moneda que es activo refugio del mundo.

La realidad es que en el país se realizan transacciones con activos digitales por $70.000 millones mensuales, y se han rastreado más de 600 sitios en los que se pueden comprar y vender. Es necesario que la conversación tenga lugar de manera especializada, que los ciudadanos conozcan sus alternativas, cuáles son sus beneficios y los riesgos que implican cada una de ellas. No se trata de eliminar los esquemas tradicionales, sino de ampliar las oportunidades de salud financiera para el ciudadano de a pie y fortalecer el crecimiento empresarial. Se trata de hablar el idioma del dólar digital.