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Analistas 27/02/2025

Ubi concordia, ibi victoria: unidad para la victoria

César Mauricio Rodríguez Zárate
Teniente coronel (RP) PhD. Research Associate Leiden University

La división es el camino de la destrucción, divide et impera: divide y domina, diría el emperador Julio César. La clásica estrategia política consistente en generar controversia para fragmentar la opinión y enfrentar entre sí las estructuras de poder disipando su energía, una vez más, otro capítulo de la vida nacional. En esta oportunidad la reflexión será alrededor de la unidad, de cómo vencer el miedo ocupando todos los espacios de opinión hacia la recuperación de país, de ejercer control democrático y evitar servir de caja de resonancia del caos.

La semana pasada el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga y Yanhaas, publicaron una interesante encuesta alrededor de la percepción sobre la situación del país, encontrando que 74% de los entrevistados sienten que la democracia colombiana está en riesgo. Sin embargo, también 89% respondió que estaría dispuesto a defenderla, argumentando que lo haría solo por el hecho de que es la única forma en que se garantizarían sus libertades y se promovería el desarrollo del país.

No obstante, cuando la triada de derechos fundamentales: seguridad, salud y educación afronta serias dificultades, es cuando se deben cerrar filas alrededor de los valores democráticos y sobre lo que como colombianos hemos construido. Unidos hemos sobrevivido a tres crisis de nación: la violencia partidista, al narcoterrorismo de los carteles y el conflicto armado interno. No existe un habitante del país que en medio de estas adversidades de la historia reciente, no lo haya motivado su familia, la educación de sus hijos y mejorar su movilidad social. Lo que los colombianos llamamos salir adelante.

En seguridad, convido a los colombianos rodear al nuevo ministro de Defensa, el general Pedro Sánchez, un hombre que en sus primeras declaraciones demuestra sensatez, sentido democrático y firmeza; a respaldar la cúpula de nuestra fuerza pública, a los comandantes militares y de Policía en las regiones, quienes contra viento y marea, procuran sostener el país. Invito a prescindir de los egos y anteponer los intereses, a tener grandeza institucional.

Exhorto a militares y policías a defender la vocación, a dar una lección de valor público y de servicio contra quienes quisieron politizar las fuerzas, modificar la doctrina y lesionar la unidad institucional. A la necesaria cohesión en momentos de cismas y polarización que provocaron los enemigos del orden, la libertad y la seguridad, abriendo grietas institucionales y buscando minar su moral, como una más de las estrategias para debilitar la Fuerza Pública. Muchos no supieron ubicarse por encima de las tentaciones y promesas del poder que luego traiciona…

Unidad alrededor de la angustia de más de 327.000 estudiantes que tienen en riesgo su permanencia en la educación superior en la crisis del Icetex, por el sesgo deliberado que quiere encasillar a los jóvenes contra la libre elección en su formación, amenazando la estabilidad universitaria. Unidad y solidaridad ante los millones de pacientes que llevan meses clamando por atención y entrega de medicamentos, producto del cierre más de 1.200 IPS el último año, la desfinanciación del sistema y la insuficiencia de la Unidad de Pago por Capitación, UPC. Tuvo que intervenir la Corte Constitucional ante el incumplimiento del valor fijado, para que las EPS puedan atender esta población.

Unidad para que las altas cortes y magistraturas puedan ejercer su labor con autonomía, sin coacción política y con un urgente sentido de defensa del país desde el imperio de la ley. Que sean el contrapeso a las reformas que pretenden estatizar la educación, la salud y las pensiones. Se requiere de su conciencia jurídica, para defender la conciencia moral de la nación. El país demanda una justicia pronta, eficiente y que represente el ideal de la defensa del justo, encarnada en cada operador: jueces, fiscales, investigadores y auxiliares.

Unidad para apoyar a nuestros mandatarios regionales. A las valientes voces de los gobernadores de Chocó, Antioquia, Meta y muchos otros, que amenazados, pero con coraje, han alzado su voz contra los ilegales y atienden con empatía a sus comunidades, frente a los embates del crimen. Unidad alrededor de los medios de comunicación, para evitar caer en la trampa del trino populista que nos lleva a debatir a su alrededor y distraer la opinión de los asuntos esenciales de país. A evitar la reproducción de la narrativa de que todo está mal, pues genera miedo y eso le conviene al poder. Comunicar con rigor y criterio informativo la realidad, pero siempre transmitir esperanza.

En la independencia de los Estados Unidos, uno de sus fundadores, Benjamin Franklin enfatizaba: “Todos debemos estar juntos o seguramente todos terminaremos colgados por separado”. Definitivamente, los buenos somos más. Con unidad y optimismo saldremos adelante y cesará la horrible noche, con la fe intacta y mucho trabajo, así nos han enseñado. De nuestro carácter y virtudes depende si somos espectadores de la crisis o protagonistas del cambio.

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