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Analistas 28/01/2025

I took Panama

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

Ante la obstinación de Fernando de Lesseps, el célebre ingeniero francés que había construido el Canal de Suez, por construir en Panamá un canal a nivel hacia 1885 cuando las condiciones del terreno requerían el uso de esclusas, sistema ampliamente conocido en Francia, el proyecto fue un gran fracaso económico que casi lleva a la bancarrota a Francia además de haber ocasionado cientos de miles de muertes por culpa del Aedes aegypti, mosquito transmisor de la fiebre amarilla. De las ruinas de esa quiebra un astuto francés llamado Philippe Bunau-Varilla, logró venderle al gobierno norteamericano no solo los trates viejos que quedaron regados sino la idea de que este país construyera el canal.

Comprada la idea por parte de EE.UU. de construir un canal interoceánico en territorio colombiano se procedió a firmar el tratado Herrán-Hay en 1903 que les permitía a los norteamericanos soberanía sobre el área del Canal y una franja a lado y lado del mismo. Ese tratado, sin embargo, no fue aprobado por el Congreso colombiano por considerar que era contrario al concepto de soberanía nacional así que los vecinos del norte se quedaron sin permiso para hacer el Canal. Eso, desde luego, no fue obstáculo porque bajo la batuta del presidente Teddy Roosevelt, el gobierno norteamericano promovió la creación de un nuevo país, con bandera diseñada en Washington y con el Doctor Amador, médico de la compañía férrea americana que hacía el trayecto Panamá-Colón, como presidente. El primer acto de ese gobierno fue nombrar de canciller al francés Philippe Bunau-Varilla y enviarlo a Washington a firmar el tratado que permitiría a los gringos construir el Canal en sus términos.

Esa es la historia del canal cuyo único paganini fue Colombia que de no haber existido la independencia patrocinada que permitió a Roosevelt decir “I took Panamá” el canal sería colombiano. Es cierto, Colombia recibió una indemnización, pero fue más por los derechos de Colombia en el ferrocarril que por la pérdida de Panamá. Sucedida la usurpación y reconocida Panamá como país independiente por Colombia, y después de casi 90 años de manejo del Canal por los Estados Unidos, esta nueva república bajo el liderazgo del coronel Torrijos y con el lema de “no hay mal que dure 100 años ni panameño que lo resista”, entendió que en efecto los términos del tratado eran una afrenta a la soberanía y consiguió mediante el tratado Carter-Torrijos que el Canal revertiera a los panameños, quienes han sido excelentes administradores de esa infraestructura. De hecho, construyeron un nuevo juego de esclusas para permitir el paso de buques más grandes con una inversión panameña superior a los US$5.000 millones. Hoy, el canal genera 25% de las rentas del gobierno en este país.

Pretender con esta historia que el canal fue un regalo de USA a Panamá es desconocer la historia y un acto de soberbia e ignorancia. El Canal opera bajo el principio de neutralidad y los barcos de todas las banderas pagan el mismo peaje, así los puertos de Colón y Panamá esté operado por Hutchison, empresa de Hong Kong. Estados Unidos se pagó con creces su inversión después de haberlo explotado económicamente por 85 años, ahora le corresponde a Panamá pagarse la que ha hecho desde que recibió el Canal.

Un amigo perspicaz argumentaba estos días que la amenaza de Trump es para negociar otra cosa. Un poco lo de la delegación boyacense que visito al presidente López Pumarejo y le dijo “Presidente lo que venimos a pedirle no es lo que queremos”.

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