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Analistas 19/03/2019

Bogotá, pecado capital

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

La consultora inglesa Mercer publicó nuevamente este año su índice de calidad de vida para un grupo importante de ciudades. ¡Si! Bogotá ocupa el penúltimo puesto en Suramérica, superando tan solo a Caracas. ¿Qué tiene esto que ver con la competitividad y qué impacto tiene sobre el futuro desarrollo de la ciudad?

Mercer realiza este ejercicio fundamentalmente para valorar el costo tanto para las empresas como para los ejecutivos de localizarse en tal o cual ciudad. Mide desde luego temas que afectan la vida misma, como la criminalidad y la salud, el tema del medio ambiente y finalmente todo ello apunta a las primas que ganan los ejecutivos por tener que localizarse en una ciudad. Así, por ejemplo, el costo de una prima por localizar un alto ejecutivo en Zurich es cero, y a medida que se desciende en la ranking, aumentan los costos, y desde luego en sentido contrario se comporta el deseo de ejecutivos importantes de localizarse en ciudades con baja calidad de vida.

Hoy por hoy, los países no progresan por lo que tienen sino por lo que saben y para todo el mundo es claro que la calidad del capital humano es clave en el progreso de ciudades y países. Ese capital humano está cada día mas globalizado. Académicos que hacen estadías o se trasladan a las mejores universidades, científicos que buscan aglomeración de recursos humanos de calidad para avanzar en el conocimiento, empresarios que tienen la capacidad de innovar e inversión extranjera de calidad, son algunos de los factores que busca localizarse en los mejores sitios para trabajar y tener una familia. Las ciudades que no tienen esa capacidad de atracción de estos recursos están condenadas a quedarse cada vez más rezagadas.

Bill Gates se contestaba la pregunta de por qué había establecido su compañía en Seattle y no en otra ciudad. Las razones que expone eran claras. La mejor calidad de aire en los Estados Unidos, los índices de criminalidad más bajos y los mejores colegios públicos. ¿Por qué habría de optar una persona con esa capacidad de transformar el mundo localizarse en una ciudad con altos niveles de contaminación, donde le roben el celular, con un sistema de educación público de baja calidad y en la cual la movilidad es un reto diario?

Y es que con el avance de la tecnología el viejo concepto de la localización geográfica ha ido cambiando. Nos enseñaron que, por ejemplo, Colombia estaba muy bien localizado, con dos mares, equidistante de Nueva York y Buenos aires y en el corazón de los países andinos. Por el contrario, Chile estaba literalmente “en la Patagonia”. Esas localizaciones, sin embargo, no han resultado en mayor desarrollo de Colombia frente a Chile.

Desafortunadamente nuestros alcaldes no han entendido esta realidad. Bogotá está mal clasificado por la mala calidad del aire, por la mala educación pública como lo registran las pruebas Saber de los colegios públicos de la ciudad, la movilidad de Bogotá es un desastre y también lo es sistema de transporte público. Y no se trata de echarle la culpa a uno u otro el burgomaestre. Si bien sabemos que la Alcaldía Moreno sobresalió por la corrupción y la alcaldía Petro por su populismo, la verdad que dos alcaldes no acaban la ciudad, no se les puede responsabilizar de todos los males. Prueba de ello es que en los rankings seguimos igual, indiferentemente de quién sea el alcalde.

Señor alcalde, no es obligando a todo el mundo a montar en bicicleta que se logra mejor calidad de vida, sobre todo si se respira una aire de mala calidad y se roban las bicicletas.

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