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Analistas 29/04/2023

Fútbol y mercadeo

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

El tema y la problemática del fútbol en nuestro país especialmente, que está alcanzando niveles insospechados para algunos, ha ocasionado que se vuelva a pensar en más medidas punitivas, como si con ellas se lograra solucionar la triste realidad que vive el más popular de los deportes. Y también hay que recordar que esas actividades no solamente agresivas sino también delictivas no nacieron entre los aficionados colombianos sino que, como siempre ocurre con tantas malas acciones, se “importaron” de otras partes. Lo peor es que siempre los colombianos copiamos lo malo y lo agrandamos.

Nuevamente hay que decir o recordar que cuando se entiende el marketing como una actividad de un área, hasta aislada de las demás, en lugar de considerarlo como realmente es, o sea una función organizacional de todo y de todos, y haber hecho del fútbol profesional una fuente de enriquecimiento de unos cuantos antes que una un verdadero deporte en competencia y una profesión para algunos, que se convirtió en algo que a gritos pide y necesita una legislación acorde con la realidad del país y del mundo, y por entender equivocadamente los principios de la oferta y la demanda, se puede explicar en parte lo que sucede.

Para aplicar y desarrollar efectivamente el marketing deportivo como lo que es el mercadeo (función organizacional para crear y mantener mercados), debe orientarse hacia la búsqueda de cuatro objetivos principales: lograr practicantes del deporte (aficionados y profesionales), formar aficionados y seguidores, lograr patrocinadores y proveedores e impulsar el desarrollo social que genere un mejoramiento del nivel de vida, considerando el deporte como una actividad de recreación, que además puede ser lucrativa y de carácter profesional, con fundamento en una sana y real competencia donde se dan empates, ganadores y perdedores, pero del juego.

Para lograrlo, el mercadeo del deporte, como todos los demás, se fundamenta para su implementación en el uso de las herramientas y parámetros del marketing que podríamos llamar general, tratando de formar y mantener una clientela, entendiendo que como nadie es, ni puede ser, todo para todos, existirá competencia con otros dentro del mismo deporte, y con diferentes actividades que hacen parte de ese mundo apasionante.

Implica lo anterior que se trata de un proceso que no tiene fin, ininterrumpido, de formación de los anteriores, que debe comenzar desde la infancia haciendo ver el deporte como lo que es, utilizando para ello con datos estadísticos, procesos, y eventos fundamentados en el antiguo principio aida: llamar la atención, generar interés para que existan deseos y se alcance la acción de los que se pretende formar y mantener de manera que se logren comportamientos sostenibles para que pueda perdurar la actividad adecuadamente y sea de beneficio para todos, ganadores y perdedores de las competencias y la sociedad en general.

No es pues buscar que la gente acuda a los estadios en paz, buscar patrocinadores y obtener ganancias millonarias; se trata de mucho más. Pero es también mucho más lo que ha faltado, pues el verdadero mercadeo no se ha trabajado efectivamente en el deporte colombiano, que como algunos han dicho sigue siendo “la cenicienta”. Lo triste es ver que no se entiende como debe ser y por ello ocurren hechos como los recientes. Lo punitivo, como en todo proceso educativo y formativo ayuda, pero no es solución.

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