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Analistas 31/03/2021

Educación con más práctica y menos teoría

Carlos Ballesteros García
Gerente de Bike House
Carlos Ballesteros

Soichiro Honda, fundador de la multinacional Honda, estudió solo hasta los siete años y luego se dedicó a trabajar en un taller de mecánica*. Mucho más tarde entró a la universidad pero se retiró porque no le gustaba que le hicieran exámenes. Decía que lo importante no era obtener una nota sobre un papel y que la clave era aprender. Sostenía que él no estaba en contra de la universidad, pero que allí le llenaban la cabeza de teorías que en el mundo real no sirven.

Realmente, el sistema educativo colombiano, en su mayoría, deja vacíos profundos en nuestro aprendizaje, porque no nos prepara para salir a enfrentarnos a la realidad; a un mundo lleno de oportunidades, pero también de amenazas y situaciones por resolver.

Algunos factores que deberían tener en cuenta los colegios y universidades para complementar su currículo y desarrollar las habilidades de los estudiantes, son:

1. Creatividad e innovación

Muchas de las grandes empresas se originaron por ideas llenas de creatividad e innovación, que surgieron de mentes abiertas al cambio. Solo cuando nos enfocamos en la diferenciación creamos ventajas, pero infortunadamente en la universidad solo se califica la mejor memoria en lugar de dar rienda suelta a tantas ideas geniales. Se excluye al diferente del grupo y se premia la homogeneidad.

“La imaginación es más importante que el conocimiento, pero el conocimiento da poder a la imaginación”. Albert Einstein.

2. Persistencia

El fracaso no hace parte de la educación. Con una mala nota se discrimina al estudiante en lugar de estimularlo a esforzarse por aprender a ganar; a lograr el éxito. El sistema educativo nos castiga por fallar o cometer errores, es por esto que existen tantas personas con miedo a equivocarse mientras la vida nos muestra que detrás de cada fracaso hay una nueva oportunidad sin importar cuantas veces podamos caer.

El mundo está lleno de personas inteligentes, talentosas y educadas. Pero les falta la persistencia; hacer que las cosas pasen.

“El éxito es un 99% de fracaso”. Soichiro Honda.

3. Educación en finanzas

Son pocas las instituciones educativas que nos explican que el endeudamiento debe ser en activos y no en pasivos; que los ahorros se utilizan para invertir y crear dinero de modo que se genere una buena siembra que traerá la mejor cosecha. Conocimientos en contabilidad, deudas, tarjetas de crédito, tasas de interés, impuestos, rentabilidad y amortizaciones son básicos en la formación de cualquier persona.

“No gastes sino lo que necesitas, lo demás ahórralo para emprender o invertir”. Warren Buffet

“El sistema educativo está diseñado para enseñarte a ser un empleado pero nunca acerca del dinero. La pobreza está en la mente”. Robert Kiyosaki

4. Desarrollar habilidades empresariales

Para progresar en cualquier profesión, necesitamos ser los mejores vendedores de ideas, con el fin de obtener ventajas y generar beneficios. Al final los mejores vendedores son los que se quedan con la mayor parte de las ganancias. Las habilidades para negociar se deberían trabajar en términos de cómo empezar un negocio, cómo desarrollarlo y hacer el mejor cierre de este, expresando con claridad los beneficios y condiciones de nuestra oferta. En procura del éxito se debe educar en la formación de alianzas, para trabajar con los mejores basados en la disciplina, las metas claras y el seguimiento para alcanzarlas.

En este proceso formativo se trata de incentivar a más emprendedores y menos empleados. Las pocas universidades que trabajan este punto lo hacen estudiando el éxito de las grandes compañías, en lugar de analizar los nuevos emprendimientos con sus barreras, aciertos y errores, porque esta será la realidad que encontrarán los futuros empresarios.

“Yo fallé en algunos exámenes pero mi compañero los pasó todos. Ahora él es un ingeniero de Microsoft y yo soy el dueño de Microsoft”. Bill Gates

5. Conexión con el ser

En la mayoría de los casos, se educa para que las personas se adapten al sistema y no al contrario, sin tener en cuenta que cada individuo posee habilidades y pasiones diferentes las cuales deben ser desarrolladas. No se trata de educar por igual a una “manada”. La falta de una real orientación profesional permite la deserción y, peor aún, genera muchas frustraciones en jóvenes que terminan la universidad pero que en el alma no tienen amor por su profesión.

Si hiciéramos un símil entre la educación y un negocio, esta debería ofrecer una experiencia de servicio enfocada en las necesidades de sus clientes, que en este caso serían los estudiantes, para conocer a fondo sus deseos y expectativas, antes de llenar las aulas de jóvenes que no han descubierto su real vocación.

6. Comunicación asertiva

Como adultos, muchas veces no expresamos nuestras ideas con claridad. Nos prepararon para memorizar y sacar excelentes notas, pero no para entender antes de ser entendidos. Las palabras tienen poder y las reacciones más. En algunas oportunidades agredimos con nuestros actos de forma inconsciente, porque no fuimos educados para comprender la importancia de la comunicación.

7. Trabajar más en la actitud y menos en el conocimiento

Una persona con actitud, conquista y triunfa en cualquier rincón del mundo, ya que permite que se le abran las puertas del éxito, que se le brinden nuevos retos y oportunidades, porque si no sabe, la actitud lo empuja a aprender. Una persona con conocimiento, pero sin actitud, nunca despegará, porque puede que sea el mejor avión pero no tiene gasolina. La actitud está por encima del conocimiento, pero en la mayoría de los casos, es este último el que prevalece en las aulas de clase.

La actitud es fundamental para no dejarse vencer, para nunca dejar de aprender, para estar atento a cualquier cambio y mantener la humildad sin importar que tan lejos se llegue.

8. Inteligencia emocional

Tener un doctorado o un título no significa que ya llegaste a la cima, porque el manejo de los problemas y la toma de decisiones casi nunca se trabajan en la universidad. Así que entonces el conocimiento sin experiencia y habilidad para resolver, termina siendo la parte más pequeña de la ecuación del éxito. El conocimiento puede solucionar una fórmula o una ecuación, pero no la desventaja de no saber asumir retos, fracasos y situaciones que se presentan en el día a día y que necesitan decisiones en vivo y en directo con consecuencias reales que inciden en el control de las emociones y el comportamiento que pueden verse afectados incluso hasta por el mismo éxito.

9. La importancia de los valores

No se trata de tener éxito a cualquier precio. Este es un camino largo y de sacrificio permanente en el que hay que poner en práctica valores tan importantes como la disciplina, la honestidad, el respeto, la solidaridad, la persistencia, la gratitud y el amor, entre otros. Alcanzar las metas es fundamental mientras se practique la ética del obrar correcto.

10. Empresarios educadores

Tan importante como tener los educadores actuales, que brindan y desarrollan la teoría, es fundamental elaborar un sistema que cuente con empresarios y emprendedores para que ellos, como maestros de vida, con su experiencia y éxito, puedan enseñarles a los jóvenes a enfrentar su futuro profesional. Estas personas transmiten lo que ejercen día a día, con sus errores y fracasos y están llenas de sabiduría. El contar con más práctica y menos teoría enseña que el éxito se logra trabajando en equipo, dejando de lado el egoísmo y eliminando la necesidad de sobresalir de manera individual, como cuando se compite por una nota en el actual sistema educativo.

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