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Analistas 22/01/2025

Colombia, ¿País excepcional?

Boris Spiwak
Cofounder & CEO, Qash.ai

“No hay medio más sutil y más seguro de derribar la base existente de la sociedad que corromper la moneda”. En esto concuerdan John Maynard Keynes y Vladimir Lenin. Y es que la inflación tiene un poder casi único para convulsionar un país y generar miseria, caos, y pánico generalizado. La hiperinflación alemana de 1923 llevó a Hitler al poder, mientras que la hiperinflación venezolana de los últimos años aceleró la peor crisis migratoria del mundo.

Aprovecho estas líneas, entonces, para examinar una peculiaridad histórica colombiana: nuestra extraordinaria estabilidad monetaria. Entre los seis países más grandes de Latinoamérica, Colombia resalta como el único que no ha sufrido hiperinflación en los últimos 120 años. De hecho, desde 1905, la inflación en Colombia ha superado 30% anual en solo dos ocasiones (1963 y 1990). Es un logro importante por parte de nuestros tecnócratas y mandatarios.

Pero, “¿Por qué Colombia no ha tenido hiperinflación?” En su investigación que lleva este nombre, Adolfo Meisel Roca, exdirector del Banco de la República, analiza “los determinantes de una política monetaria estable”. Escribiendo en 1996, Meisel Roca resalta tres aspectos de la sociedad y economía colombiana:

1. La presencia de dos partidos políticos consolidados que han tenido seguidores heterogéneos y los cuales son relativamente cercanos ideológicamente.

2. La naturaleza del producto básico de exportación, el café, los efectos de sus encadenamientos (económicos, sociales, y políticos).

3. El papel dominante de tecnócratas altamente calificados, por lo general economistas profesionales, que han detentado las posiciones claves en la formulación de las políticas económicas, y la ausencia de la polarización ideológica en este grupo.

Mucho ha cambiado en Colombia desde la publicación del artículo, y es evidente que los tres aspectos anteriores han pasado a la historia. Nuestros partidos políticos actuales se caracterizan por su fragmentación y polarización. La cercanía ideológica entre nuestros mandatarios ha desaparecido. Los hidrocarburos han superado al café, con creces, como el mayor producto de exportación del país.

El presidente Gustavo Petro recientemente nombró a Laura Moisá y a César Giraldo en la Junta Directiva del Banco de la República. Se trata de dos economistas heterodoxos y dogmáticos, con los cuales Petro logra mayorías en la entidad. Así, la efervescencia ideológica entre tecnócratas reemplaza la ‘ausencia de polarización’ que tanto celebra Meisel Roca, y la independencia del Emisor queda en duda.

¿Qué nos espera? El actual Gobierno sufre de incontinencia fiscal, y Petro busca desesperadamente nuevas fuentes de financiación con miras a la campaña Presidencial 2026. Desde su perspectiva, y tras el reciente hundimiento de la Reforma Tributaria, emitir dinero es una herramienta altamente atractiva. El resultado será mayor inflación - un impuesto sigiloso que no requiere legislación, y que golpea especialmente a los más pobres.

“Déjenme emitir y controlar el dinero de una nación y no me importa quién escriba las leyes,” decía el banquero Mayer Amsel Rothschild hace más de 200 años. Seguramente se revolcaría en su tumba si supiera que en Gustavo Petro, tiene un adepto.

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