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Analistas 22/09/2018

Relájate. Mira tu entorno. Toma una decisión.

Aldo Civico
Antropólogo y estratega de liderazgo
Analista LR
La República Más

Leif Babin es un soldado de la marina de los Estados Unidos, durante varios años fue miembro de una unidad especial encargada de encontrar y arrestar a miembros de grupos rebeldes responsables de ataques terroristas en Iraq.

En una noche tranquila, Leif estaba a cargo de una operación y su patrulla llegó a un pueblo donde, de acuerdo con cierta información, se escondía un objetivo de alto nivel. Su patrulla rodeó con hombres y Humvees blindados un edificio, tumbaron la puerta y ocuparon el lugar.

Durante el registro del edificio, alguien logró escapar a través una puerta secundaria y trató de fugarse por las calles del pueblo. Junto con otro compañero, Leif persiguió al fugitivo, distanciándose varias cuadras de su unidad.

Hasta que lo alcanzaron. Era un hombre de mediana edad. Lo arrojaron rápidamente al suelo y sujetaron sus manos, dado que no sabían si tenía armas o si llevaba puesto un chaleco suicida.

Fue en aquel momento que se dieron cuenta de que, en el medio de la noche, los dos estaban solos, totalmente aislados de su unidad. “Sentí movimientos”, cuenta Leif. “Miré hacia el callejón a través de mis gafas de visión nocturna, de repente siete u ocho hombres doblaron la esquina a menos de cuarenta metros de nosotros.

Estaban fuertemente armados y se movían rápidamente hacia nosotros,” recuerda. Las decisiones que tomara en aquel momento iban a determinar su suerte.

Líderes de empresas raramente se encuentran en situaciones tan extremas para la toma de decisiones, aunque existen circunstancias que pueden ser de vida o muerte, y hay seguramente industrias donde la vida de trabajadores está en riesgo y dependen de las decisiones que toman los ejecutivos.

Por eso, quizás, la toma de decisiones es algo que marca la actividad diaria de empresarios y ejecutivos. De la calidad de sus decisiones depende la calidad de los resultados.

En aquel momento dramático, en una aldea remota en Iraq, Leif se acordó de lo que le había inculcado su instructor Jocko Willink durante un año de entrenamiento intenso: “”Relájate. Mira a tu alrededor. Toma una decisión”.

Fue lo que Leif hizo en aquel momento difícil. La capacidad de relajarse y entender el entorno, antes de tomar una decisión, es una habilidad fundamental.

Con un buen entrenamiento, esta es una operación que la mente puede hacer en un nanosegundo. En lugar simplemente de reaccionar a un desafío externo, el protocolo sugerido por el instructor de Leif, permite controlar la amígdala, y por eso tener más lucidez en la toma de decisión.

Aquella noche en Iraq, este protocolo le permitió a Leif priorizar y ejecutar una serie de acciones que neutralizaron a varios enemigos, que salvaron su vida y la de su compañero, que lo reunieron con su unidad, al mismo tiempo que logró asegurar la captura del presunto terrorista.

Detrás de decisiones efectivas, de grandes resultados, del rendimiento de un equipo, hay una mente entrenada para permanecer lucida sobre todo en los momentos más críticos.

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