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Analistas 12/12/2020

Desde la calma

Aldo Civico
Antropólogo y estratega de liderazgo
Analista LR

Hemos llegado al final de este año duro, difícil, desgarrador. Es ahora cuando miramos al futuro y nos enfocamos en la planeación estratégica del próximo año. Por eso, quiero escribir hoy sobre una actitud fundamental a la hora de tomar decisiones importantes para el futuro de tu vida, tu empresa, tu emprendimiento.

El filósofo Blaise Pascal decía que todos los problemas del mundo surgen por nuestra incapacidad de quedarnos quietos y solos en un cuarto. Pero, ¿cómo mantenernos quietos y calmados cuando a nuestro alrededor hay incertidumbre y zozobra? ¿Es posible mantenerse calmados en los momentos de gran incertidumbre cuando es más difícil mantenerla?

De hecho, frente a eventos y circunstancias que percibimos como amenazantes, nuestro cerebro, acordándose de la experiencia de nuestros ancestros cuando les tocaba huir y salvar sus vidas de peligros tales como tigres y leones, nos envía señales para que huyamos rápido. Quedamos atrapados por el estrés, el miedo, la ansiedad. Hoy los tigres pueden ser el virus, la volatilidad de los mercados, las ventas lentas de un producto o servicio.

En estos meses he acompañado a decenas de emprendedores y directivos que han vivido momentos de pánico, de incertidumbre absoluta, de miedo. He visto a varios estresados y agotados, estos son síntomas de un cerebro que ha gastado su energía y entonces le cuesta tomar decisiones, tener lucidez, analizar y resolver problemas.

Además, la pandemia ha amenazado, en algunos casos, a nuestra vida, nuestras carreras o nuestros negocios. Corremos entonces el riesgo de que la amígdala empiece a dominar nuestra vida y nuestras organizaciones y entonces empezamos a luchar, haciendo un montón de actividades sin un fin o un orden, o nos da por huir y no respondemos a los mensajes y los correos de colegas, empleados, proveedores, o simplemente nos paralizamos, incapaces de tomar cualquier decisión o acción.

El problema es que la amígdala no está diseñada para resolver problemas, para la intuición, para la planificación, para la creatividad. Si esta parte del cerebro está activa y tomamos decisiones mientras la amígdala ha tomado el control de nuestra vida o de nuestra empresa, las posibilidades de equivocarnos son muy altas. Si queremos planificar el futuro con éxito, si queremos transformar los problemas en oportunidades, si queremos encontrar nuevas soluciones, hay que apagar la amígdala y en cambio encender aquella parte del cerebro que sí está diseñada para la creación, la intuición, la resolución de problemas; hay que activar la corteza prefrontal medial.

Podemos encontrar varias maneras de alimentar en nosotros la calma. Desde la práctica del deporte, la meditación, para tener una atención plena, escuchar música, hasta leer poemas o pintar. Cada uno puede encontrar la forma que le es más conveniente. Lo importante es que recordemos soltar el estrés y la ansiedad, antes de tomar decisiones y planear.

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