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ALTA GERENCIA

¿Somos realmente competitivos?

lunes, 17 de septiembre de 2012
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Fanny Himmelstern

El término es recurrente en los ámbitos empresariales, personales y hasta sociales: “hay que ser competitivos”, pero este es un concepto que al ser abordado empresarialmente debe trabajarse de forma asertiva y gestionarse de manera estratégica.

Por competitividad se entiende “la capacidad que tiene una organización de mantener ventajas comparativas que le den la posibilidad de alcanzar, mejorar y mantener una posición destacada” en el entorno económico, social y/o ambiental.

También hoy en el entorno global en el que se vive, la competitividad se relaciona con los países.

Existen mediciones internacionales que utilizan criterios específicos para ubicar el lugar donde se encuentra cada país en cuanto a políticas establecidas para la competitividad en todos los campos, así como también las gestiones que se vienen adelantando en cada empresa, en cada institución bien sea estatal o privada para lograr unos índices favorables en este sentido.

Es importante comprender que para obtener altos estándares de competitividad, se deben formular y aplicar estrategias adecuadas. En el campo empresarial, la gestión estratégica que se planee va a responder a las iniciativas que tienen que ver con el negocio, su evolución y desarrollo y deben encajar con el modelo de empresa diseñado.

Ventajas competitivas en una empresa tienen que ver con habilidades, conocimientos y atributos que posee la organización, los cuales se analizan y comparan con los competidores. Si la competencia los tiene en menor medida, habrá muy buenas posibilidades de proyectar las ventajas y así obtener mejores marcas en los productos y/o servicios, mejor imagen de la empresa y por consiguiente mejores resultados.

Una de las estrategias competitivas más utilizadas es el monitoreo constante del entorno y de las empresas con las que se comparan los negocios, para mantener las gestiones adecuadas y alineadas en todo momento, accediendo a los estándares de calidad que se requieren y a los índices de excelencia en los servicios y productos que se ofrecen.

Pero para lograr lo anterior, es necesario proponer con claridad los objetivos de negocio, para luego diseñar las estrategias adecuadas. Una vez se han aclarado estos dos primeros pasos su implementación va a depender de la asertiva y eficiente comunicación que se encargue al interior de la organización de que todos sus miembros conozcan para dónde va la empresa y cómo se van a conseguir esos logros. La correcta gestión comunicativa servirá como el “mapa de ruta” que guíe el camino.

Otra estrategia para la competitividad es motivar a los miembros de la organización y a todos sus grupos de interés acerca de la importancia del aprendizaje y de las negociaciones que la competición requiere. Se trata de impulsar a la empresa en una cultura de dinamismo que impregne a todos los públicos involucrados.

Los expertos hablan de dos tipos de competitividad, una interna y otra externa, la interna se refiere a la capacidad que debe enfrentar la organización para lograr el máximo rendimiento de los recursos disponibles, como el capital humano, los insumos, los materiales y todos los procesos y procedimientos que impliquen beneficios y transformaciones. En la parte interna los factores que inciden son posibles de modificar ya que se trata de variables al interior de la empresa.

La externa se refiere a los planes que se tracen para lograr incursionar en el mercado y sector al que pertenece la empresa, de manera exitosa.

En este caso se deben considerar todos los factores externos que inciden en el logro de ese éxito y se deben tener en cuenta variables relacionadas con la innovación, el dinamismo del sector implicado y el grado de estabilidad económica, entre otros.

De todas formas, la organización debe emplear todos los recursos necesarios para mantener esa competitividad a largo plazo generando constantemente nuevas ideas y estrategias que apunten al negocio y permitan nuevas oportunidades para el negocio.

En definitiva, ser competitivo quiere decir ser productivo al implantar beneficios sostenibles en la empresa, introducir mejoras continuas en cuanto a buenas prácticas, innovación y calidad.

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