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La franquicia de McDonald’s en América Latina y el Caribe, Arcos Dorados, ha logrado integrar a más de 2.400 colaboradores con discapacidad en la región
Más de 88% de las personas con discapacidad están en edad de trabajar, pero solo 22,8% tiene un empleo, frente a 60,4% de la población con plenas facultades, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane. Esta brecha evidencia la urgencia de impulsar políticas y programas que fomenten la inclusión laboral y transformen las culturas organizacionales. En este camino, varias empresas y organizaciones del país se han convertido en referentes, implementando prácticas ejemplares para integrar el talento diverso.
La franquicia de McDonald’s en América Latina y el Caribe, Arcos Dorados, ha logrado integrar a más de 2.400 colaboradores con discapacidad en la región. Su estrategia “Receta del Futuro” contempla la diversidad e inclusión como ejes centrales, buscando que cada persona aporte su potencial sin ningún tipo de barreras.
Empresas como Homecenter (Sodimac), Banco de Bogotá y Sodexo han desarrollado programas internos de adaptación de puestos, sensibilización de equipos y capacitación para garantizar la participación activa de empleados con discapacidad. Estas iniciativas incluyen desde ajustes en su infraestructura hasta políticas corporativas que eliminan sesgos a la hora de la contratación de personal.
En Antioquia, Masterdent ha logrado que 12,3% de su planta de personal esté conformada por personas con diversidad funcional gracias a un modelo de inclusión que vincula formación, ajustes razonables y acompañamiento constante. Por su parte, Meper Solutions, consultora en seguridad y salud en el trabajo, participa activamente en el proyecto “Por Talento”, que promueve la contratación inclusiva a través de alianzas interinstitucionales. Estas dos empresas reflejan la importancia que tiene la inclusión no solamente en las multinacionales, sino también en las mipymes.
Organizaciones como la Fundación Internacional María Luisa de Moreno desarrollan programas de empleabilidad desde 2012, como “descubrir la Capacidad una Oportunidad”, con un enfoque integral para potenciar habilidades y facilitar la inserción laboral. La Fundación Saldarriaga Concha, con más de 50 años de trayectoria, también ha sido un actor clave en la promoción de oportunidades para personas con discapacidad y adultos mayores.
Si bien los avances son significativos, la brecha laboral sigue siendo amplia. Las experiencias de estas empresas y organizaciones demuestran que la inclusión no solo es una responsabilidad social, sino también una estrategia de negocio que potencia la innovación, la productividad y el compromiso de los equipos. El reto ahora es que más compañías, sin importar su tamaño o sector, adopten modelos inclusivos y se sumen a la transformación cultural para disminuir sesgos.
“Trabajar aquí me ha permitido ver de primera mano el impacto positivo que tiene la inclusión en la vida de las personas con discapacidad. Nuestro objetivo es derribar los prejuicios”
En el panorama nacional, también destaca la labor de redes empresariales como Pacto de Productividad, que articula a compañías, entidades gubernamentales y organizaciones sociales para impulsar políticas inclusivas basadas en evidencia. Su enfoque no se limita a la contratación, sino que abarca desde la sensibilización del personal, la adecuación de procesos de selección y evaluación, hasta la promoción interna de personas con discapacidad hacia cargos de liderazgo.
