La última en convertirse en viral es la del filántropo, escritor e inversor norteamericano Tim Ferris. Conocido por sus charlas y conferencias motivadoras, Ferris ha sabido codearse con los CEOs más importantes del mundo y, como ellos, también él defiende las rutinas matinales como una herramienta para triunfar.
Pero la mayoría son tan aburridas como predecibles: meditación, desayuno sano y completo, ejercicio.
Por eso, nos hemos fijado en otras rutinas de CEO que quizá escondan un lado más excéntrico, a tenor de lo que hacen nada más levantarse.
Empezando por Ferris que, además de meditar y desayunar como un campeón (que vale, que sí) no sale de su dormitorio sin hacer la cama, siguiendo los preceptos del sacerdote hindú Dandapani, que habla de este sencillo ejercicio como un activador natural de neuronas y el primer generador de satisfacción al comprobar que hemos completado con éxito una de nuestras tareas básicas.
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Lo suyo es casi enfermizo, porque Cook programa su despertador a las 3:45 a.m. Sigue una tendencia cada vez más popular, la que apunta a que las horas de mayor rendimiento cerebral y, por tanto, las más adecuadas para trabajar, son las de la madrugada. Es entonces cuando el teléfono no suena, cuando nadie envía correos y cuando nadie alimenta sus redes sociales. Por tanto, son las únicas horas en las que nadie va a molestarte y, además, y según la ciencia, es el espacio del día en el que el cerebro está más receptivo y productivo. Seguidores de esta tendencia son también Indra Nooyi, CEO de PepsiCo, que se levanta a las 4:30; Jobs se levantaba a las 6 –que tampoco está mal– y dicen que Napoleón lo hacía dos horas antes que sus enemigos a fin de tener más tiempo que ellos en establecer sus estrategias.
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La de planificar las citas, reuniones y demás labores en un listado cada mañana es una de las rutinas más habituales, pero Chesky la lleva a cabo de una forma distinta: primero, anota todo lo que tiene que hacer, hasta el más mínimo detalle y, después, agrupa las tareas similares preguntándose cómo abordarlas con una sola acción o, en todo caso, como lograr que lo realizado para una sea válido para la siguiente. De esta forma, reduce su listado de forma, dice, increíble, optimizando sus recursos y actividades.
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