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Los 10 temas que no debe tocar en una entrevista de trabajo

lunes, 26 de enero de 2015
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Echarle la culpa a su jefe, a sus compañeros, a la empresa o incluso a determinada coyuntura de su salida de un empleo resulta inadmisible en una entrevista de trabajo. Se trata de una oportunidad para recuperar su lugar en el mercado laboral.

Los rencores, justificados o no, hay que dejarlos a un lado. Acceder a un empleo depende de su formación, experiencia, capacidades y habilidades, pero también de las aptitudes que demuestre a lo largo del proceso de selección.

La entrevista de trabajo es decisiva, sobre todo en las últimas fases. Por esta razón, conviene que mida sus palabras, más aún si se quedó sin empleo por causas ajenas a su voluntad: falta de empatía con su superior y/o compañeros o algún tipo de desacuerdo con la cultura corporativa.

Para que no caiga en la lógica tentación de desahogarse con el entrevistador, Pablo Urquijo, director general de Experis; Javier Martín de la Fuente, socio de Grupo Persona, y Joaquín Ybarra, director ejecutivo de Michael Page, explican cuáles son las diez tentaciones en las que debe evitar caer y cómo gestionarlas, si dice lo que no debe:

1. Decir que detesta a su jefe
Ni déspota, ni inseguro, ni vago, ni inexperto. Aunque se trate de una apreciación contrastada con el resto de sus compañeros, son comentarios gratuitos que no aportan nada. Y, en el supuesto de que el entrevistador le pregunte qué opina de su exjefe, hable desde un punto de vista profesional y mantenga esa posición. Trate de no darle mucha importancia.

2. Echar balones fuera
Culpar a otros de su supuesta ‘mala suerte’ tampoco es una buena idea si quiere ganar puntos frente a su entrevistador. En este caso ha optado por una carrera emocional y subjetiva y, por tanto, ni objetiva ni racional. Si aún así cree que merece la pena comentarlo, intente darle la vuelta justificándolo de la manera más objetiva posible.

3. Hablar en primera persona
Aunque usted es el protagonista de esta historia, es recomendable que no acapare el papel principal. Algunos entrevistadores creen que el candidato da una imagen de freelance que no le conviene si lo que pretende es trabajar por cuenta ajena. Recuerde que unas de las actitudes más valoradas en los que optan a un puesto es su capacidad para trabajar en equipo y delegar.

4 .Criticar a su anterior empresa
Cada compañía tiene una cultura propia, una manera de organizarse, de trabajar y de comportarse. Puede ser criticable, pero las empresas no son ni buenas ni malas. Si no compartía su modo de hacer, sólo dice que no fue capaz de adaptarse, un punto menos para pasar a una segunda fase en el proceso de selección.

5. Hablar sin pensar
Aunque la entrevista se desarrolle en un ambiente cordial, no se confíe, porque es el momento en el que se ponen a prueba sus reacciones. Por esta razón, si le plantean una pregunta con trampa, antes de responder haga una pausa. Debe ser templado y reflexivo, intente huir de valoraciones. Hablar sin criterio puede llevarlo por derroteros que no quiere y que busca el entrevistador para valorar su comportamiento.

6. No reconocer los errores
Si a lo largo de su carrera ha cometido una falla, no trate de ocultarlo. El mercado laboral es muy pequeño. Su entrevistador puede ser el mejor amigo de aquel jefe que lo despidió porque metió la pata. Reconozca que cometió una equivocación y que le sirvió de aprendizaje. Asumir las responsabilidades es una virtud muy valorada a la hora de acceder a un empleo. Esa actitud denota madurez y capacidad para rectificar. Recuerde que 70% del éxito o el fracaso de una acción depende de uno mismo.

7. Juzgar a sus compañeros
Puede mencionar situaciones que han sido complicadas de afrontar y cómo se asumieron. Y, si finalmente no fueron resueltas conforme a lo esperado, debe explicar cómo entre todos encontraron una salida. Decir que fue culpa de uno u otro, o que si tal persona no hubiera actuado de tal manera se hubiera resuelto de forma positiva, no lo lleva a ningún lado. En un trabajo en equipo no hay ni inocentes ni culpables, ni triunfadores ni fracasados... todo depende del funcionamiento del grupo.

8. hablar de recursos y no de equipo
Si ya ha tenido un grupo de personas a su cargo y aspira a un puesto de responsabilidad similar en otra empresa, no caiga en la tentación de hablar de las personas como recursos, es decir, como objetos. Se trata de un equipo, de unos profesionales a su cargo que trabajan a su lado en la consecución de unos objetivos comunes.

9. El desahogo
Una entrevista de trabajo sirve para mostrar de viva voz todo su potencial. El reclutador es un profesional en busca del mejor candidato, no un hombro en el que lamentarse por las circunstancias que lo llevaron al desempleo.

No es recomendable alabar demasiado su anterior empleo

Si realmente la empresa para la que trabajaba era la compañía de su vida, aquella en la que esperaba jubilarse, ahórrese las alabanzas. Ese trabajo pertenece al pasado y, aunque lo añore, de lo que se trata es de avanzar en su carrera con otra oportunidad laboral que puede ser mejor que la que dejó atrás. Basta con que cuente qué le ha aportado trabajar allí, qué ha aprendido. Si emplea más minutos de los aceptables en piropear a su excompañía, el interés del entrevistador hacia su candidatura disminuye. Lo que tiene que vender es su entusiasmo por el futuro, no recordar el pasado.

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