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ALTA GERENCIA

Lo que nunca debe hacer en una entrevista de trabajo

lunes, 22 de septiembre de 2014
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Ripe

* Descuidar previamente la entrevista telefónica. Mucha gente no es consciente, pero esa llamada previa es el primer paso para llegar a la entrevista personal. No la descuides. Debe ser conciso y asegurarse de que está en un lugar en el que pueda hablar, desde donde su interlocutor lo va a escuchar perfectamente. Evite los monosílabos ya en esta primera conversación.

Tenga en cuenta que los entrevistadores pueden descartar a algunos candidatos tras ese primer contacto de la entrevista telefónica.

Jamás critique a sus jefes o empresas anteriores, aunque tenga razones

* Llegar sin los deberes hechos. No haber buscado toda la información posible sobre la compañía y sobre el puesto es otro de los graves errores. Tampoco es positivo que demuestre una falta de interés acerca de quién o quiénes lo van a entrevistar.

Nunca acuda a la cita con el entrevistador sin haberse informado previamente acerca de la persona con la que se va a encontrar. Tampoco debe presentarse en una empresa sin haber recopilado información sobre la misma y las últimas noticias publicadas en prensa.

* Causar mala impresión por el aspecto, la vestimenta o los modales. No olvide que todos estos factores los controla usted y que con esta información el entrevistador, consciente o inconscientemente, lo descartará pensando que habrá otra persona a quien no le huela el aliento, que no lleve los zapatos sucios, o no vaya desaliñado.

Puede parecer de perogrullo, pero ha de cuidar su aliento: antes de la entrevista, lávese los dientes y utilice un enjuague bucal; evite el ajo, la cebolla, el tabaco o el alcohol. No inunde la sala con estos olores, y no use litros de colonia ni de loción aftershave.

Tenga cuidado con la forma en la que da la mano al entrevistador. Ni se la triture, ni la dé flácida.

Si es hombre, lleve ropa y zapatos limpios. En el caso de ser mujer, lleve vestimenta correcta y elegante, pero no trate de utilizar sus encantos femeninos; hacer uso excesivo de ellos la elimina. Incluso si a un entrevistador le parece interesante, piense que quizá a usted no le interese ese entrevistador ni esa empresa.

Si se presentas frente al entrevistador sin conocer su propio CV corre el riesgo de caer en contradicciones

Lleve ropa adecuada a cada entrevista. Esto no significa que deba ir vestido con traje o con traje de chaqueta. No es lo mismo una entrevista para un trabajo comercial o directivo que para uno de socorrista. El sentido común le ayudará en cada caso. El look debe ser aseado.

Sea hombre o mujer, no lleve las manos llenas de anillos ni pulseras excesivamente caras, llamativas, exóticas o de gusto dudoso. En el caso de los pendientes, que sean discretos: ni inmensas arañas colgantes ni aros olímpicos descomunales.

El móvil debe estar apagado y preferiblemente fuera de la mesa.

* Interrumpir al interlocutor. Espere el momento para intervenir, deje que el consultor formule las preguntas y tómese su tiempo antes de contestar. Evite la precipitación. Recuerde que debería haber preparado la entrevista y tener un cierto “guión y discurso” para resultar estructurado y coherente.

Preguntar por el horario durante la entrevista es un método infalible para que no lo contraten

En el medio está la virtud. No conviene hablar poco, pero tampoco es bueno hablar demasiado. Una clave es saber escuchar e ir ofreciendo poco a poco datos de su trayectoria profesional.

* Hacer demasiadas preguntas al comienzo. No cometa el error de olvidar la regla del 50-50: la mitad del tiempo habla el entrevistador; y la otra mitad, usted. Todavía habrá menos tiempo para usted si son dos los entrevistadores.

* Ser demasiado lacónico en las respuestas. Sus respuestas han de durar más de 20 segundos y menos de 2 minutos. No hace falta llevar un cronómetro para ser consciente de eso. Evite los monosílabos.

No divague a la hora de responder a las preguntas de su entrevistador. Debe haber preparado la entrevista y saber resumir los principales hitos de su trayectoria de manera estructurada. No evite entrar en los detalles "comprometidos" de su trayectoria; si ha sido despedido de su antigua empresa debe comentarlo y explicar las razones que llevaron a la finalización de su contrato (no es el primero, ni será el último a quien le ha sucedido).

* Tomar apuntes en los primeros momentos. Eso suele impacientar al entrevistador.

* No conocer su propio currículo. Estudie tu propia vida laboral. Si pone algo en el currículo y luego no es capaz de respaldarlo en la entrevista habrá cometido un error garrafal. Busque ejemplos de situaciones que ha vivido que puedan servirle para potenciar sus habilidades.

* Criticar a su empresa o a sus jefes anteriores. Hablando mal de otros sólo consigue descalificarse a usted mismo. Es recomendable que resuma su experiencia en términos positivos destacando los logros alcanzados. Si ha tenido desacuerdo con un jefe en el pasado, explíquelo de manera objetiva y evite entrar en calificaciones o descalificaciones.

* Cometer fallos que tienen que ver con el lenguaje no verbal. No mirar a los ojos a su entrevistador. No asentir. Sentarse incorrectamente. No juegue con la alianza durante la entrevista ni se mueva continuamente en el asiento ni arrastre los pies: hace resonar la inquietud en el entrevistador y despierta sus posibles debilidades.

* Mendigar o humillarse solicitando el puesto. Deje claro que le interesa y que responde a él. Mantenga el tipo y la gallardía, aunque se mueras por el puesto.

* Hablar de dinero en la primera cita. Preguntar por el sueldo es una cuestión perdedora sí o sí. A nadie le interesa contratar a un candidato motivado por el dinero. Además, llegado el momento de hablar de dinero, deje que sea su interlocutor quien saque el tema. Lo mismo aplica a los beneficios adicionales que una compañía puede ofrecer a sus empleados; cuando proceda se los explicarán con detalle.

* Preguntar por el horario. Hazlo sólo si busca que lo descarten. Es infalible.

* La falta de puntualidad. No vale la pena llegar antes de tiempo y mucho menos llegar tarde a una entrevista de trabajo. Transmite la imagen de ser una persona poco formal. A partir de aquí le tocará remontar, porque empieza la entrevista "en negativo". Si va a llegar tarde por algún imprevisto puede hacer una llamada para avisar a la persona que lo espera de su retraso.

* Mostrarse apático. Tiene una única oportunidad de generar una excelente impresión en su interlocutor. Sea positivo y entusiasta. Sonría.

* Asumir compromisos para los que no está preparado. Si la posición a la que aspira implica un periodo de expatriación o asignación internacional y no tiene movilidad geográfica, debe decirlo. No pierda el tiempo en un proceso de selección para un trabajo que no aceptará y no lo haga perder a los demás.

* Falsear u ocultar información sobre su vida personal. Genera desconfianza en el consultor, y seguramente significará el final de su participación en el proceso en cuestión. Un buen consultor sabrá detectar incoherencias en la vida profesional de un candidato. Adicionalmente el proceso de toma de referencias revelará cualquier omisión de información. No olvide que la confianza es la base de la empatía con un consultor de selección. Seguramente su relación puede durar años y podrá influir en diferentes momentos de su carrera profesional, así que es mejor basar dicha relación en la confianza.

Crear una imagen que no encaja con lo que realmente somos nos despista también con respecto a lo que queremos llegar a ser. Es mejor apostar por expresar en el currículo y durante la entrevista de trabajo quiénes somos, cuáles son nuestras cualidades más destacadas y a qué estamos dispuestos a renunciar para ponerlas en marcha –en función de nuestras circunstancias personales–, que tratar de ajustar agrandando o rebajando nuestra experiencia, formación, conocimientos y habilidades a los requisitos que creemos que se están buscando.

* Preguntar si es el candidato idóneo para la posición. Transmites seguridad y confianza, pero a la vez arrogancia y escasa prudencia. En realidad, a partir de un determinado nivel son mucho más importantes los "cómos" que los "qués"; a pesar de que haya desarrollado exactamente las mismas funciones, eso no es garantía de que encaje en una compañía. Interésese por la cultura de la organización y por sus valores, ahí encontrará la clave para determinar si es el candidato adecuado, y si la compañía es adecuada para usted.

Tampoco conviene que al finalizar la entrevista pregunte si lo ha hecho bien.

* Acudir a la entrevista con familiares o amigos. Se trata de una reunión personal. Es lo que se conoce como padres helicóptero, que intervienen excesivamente en los procesos de selección de sus hijos, inquiriendo a los entrevistadores o pidiendo explicaciones a los empleadores son una influencia perjudicial para los candidatos. Las compañías ven en este tipo de "ayuda" innecesaria una falta de madurez o independencia de aquellos que buscan trabajo.

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