¿Es un buen negocio comprar bases de datos?

En una de nuestras reuniones, me dice que le ofrecieron un servicio, en el cual le garantizaban que si paga un dinero, a las cuentas en redes sociales de su empresa, le llegarían varios miles de nuevos seguidores. Mi cliente quería saber qué opinaba al respecto.

No es la primera vez y seguro no será la última, que escucho de alguien que me pregunta sobre comprar algo así, que en esencia es adquirir una base de datos. De hecho, este es un negocio muchas veces bastante común e incluso legal (lo que ofrecieron a mi cliente no sé qué tan ético sea, pero eso es otra discusión). Por ejemplo, las cámaras de comercio del país tienen montada desde hace años negocios en lo cuáles venden sus bases de datos. Incluso, algunas de las cámaras ofrecen como valor añadido a sus membresías acceder a estas bases de datos.

Si en su empresa están acostumbrados a tomar las páginas amarillas y llamar número a número hasta que un incauto caiga, seguramente para usted comprar una base de datos, será un buen negocio. Sin embargo, y esto está comprobado, la tasa de usuarios que no están buscando su servicio y que acceden a adquirir su servicio o al menos a solicitar una cotización, será muy baja. De hecho, me asombraría que fuera por encima de 0,1% o 0,2%, algo demasiado bajo.

Muchas empresas buscan comprar bases de datos de personas y empresas, principalmente de correos electrónicos y teléfonos. Por ejemplo, muchos creen, de forma errónea, que comprar una base de datos de correo electrónico para hacer una lista de emails es la mejor ruta. Nuevamente, estos mensajes tendrán muy poca respuesta y lo más probable es que su empresa y sus mensajes acaben en la carpeta de spam de proveedores como Hotmail, Gmail o Yahoo.

Por otro lado, es mucho más inteligente armar una lista de correo electrónico desde cero. Claro, esto tomará tiempo y podrá costar más dinero, pero es la manera correcta y hoy en día legal (por aquello de la ley de Habeas Data), de hacerlo. Seguramente usted habrá visto muchos portales de Internet que le piden su correo electrónico, incluso algunos como Linio y Cdiscount le ofrecen un descuento en su primera compra por hacer esto. Esto es una buena práctica y algo inteligente, pues son usuarios que expresamente han solicitado recibir esa información. Cuando un usuario recibe un email de un anunciante que ha aceptado recibir, los mensajes tendrán una mayor apertura y probabilidad de que el usuario realice la compra o lo que sea que se busque, frente a un email no solicitado.

Regresando al tema de las redes sociales, algo similar sucede aquí. Claro, una empresa puede llenar su página de Facebook o cuenta de Twitter de miles de seguidores. ¿Pero para qué sirve tener tales números, si son usuarios que no existen o que les pagaron por hacer clic en el “me gusta”? La respuesta es que no sirve para nada.

Para finalizar un ejemplo. Hace varios años el presidente de un importante banco colombiano se obsesionó con el tema de las redes sociales. Quería ser el número uno en estos medios, y este banco realizó todo tipo de concursos y tretas para conseguir seguidores. Hoy tienen un gran número de seguidores, pero según estudios, un alto porcentaje de estos no viven en Colombia y ese banco no les podrá nunca vender nada a ellos. Es decir, tienen una gran cifra de seguidores (se conoce como métrica vanidosa), pero quizás habría sido mucho mejor tener menos seguidores, pero de una calidad más alta (métrica accionable).

Andrés Julián Gómez Montes
Director Innovintergy Consulting