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ALTA GERENCIA

Cuídese de los aduladores

lunes, 2 de diciembre de 2013
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Fernando Albán Díaz del Castillo

La adulación es una de las herramientas más utilizadas por la humanidad para conseguir el favor de aquellos que ostentan el poder; su arma fundamental es el elogio, que afecta de manera directa el ego de quien lo recibe, creando falsas lealtades, valiéndose para ello del deseo que todo ser humano tiene de ser apreciado, aceptado y reconocido por sus semejantes.

En todos los ámbitos, es posible encontrar personajes que exaltan con habilidad las cualidades de quienes ocupan posiciones superiores dentro de cualquier escala jerárquica. Por esta razón, es importante aprender a diferenciar entre un elogio espontáneo, esporádico y sincero, recibido tras haberse alcanzado un logro y la voz permanente de alguien que nos ensalza al oído, haciéndonos creer que somos realmente grandiosos, con el propósito de ganar nuestra confianza, obtener un trato preferencial, conseguir influencia, ascensos, incrementos salariales y poder.

Según Wikipedia, la adulación “es una alabanza baja e interesada, hecha con estudio de lo que se cree que puede halagar al otro, con el propósito de ganarse su voluntad, para fines interesados”, y es eso precisamente lo que perciben con facilidad quienes ven la actuación del adulador.

Algunos jefes se rodean de equipos aduladores que los manipulan con facilidad, trayéndoles información, muchas veces falsa, sobre lo que sucede al interior de la empresa y lo que fulano y mengano dicen o piensan sobre sus jefes; los problemas y la magnitud de los mismos pueden ocultarse para evitar “incomodar” o preocupar “innecesariamente” al directivo, haciéndolo creer que goza del aprecio de todos y que las cosas marchan bien, en contra de la realidad. El éxito de la adulación se da sencillamente porque el ego y la autoestima son partes muy vulnerables del ser humano, que se inflaman con facilidad ante cualquier elogio, más aún si tenemos en cuenta que, fruto de la competencia profesional y sentimientos como la envidia y el egoísmo (muy frecuentes en los medios laborales), no son muchas las personas dispuestas a regalar un elogio sincero y desinteresado. Dependiendo de cómo se encuentre la autoestima de cada individuo y la necesidad que tenga de reconocimiento, más vulnerable será a la alabanza y más dispuesto estará a creer y aceptar como ciertos, los elogios que reciba.

Cómo hacerle frente al adulador
Desconfíe de aquellos que siempre están a su favor, jamás lo cuestionan ni tienen una idea en contrario, así usted esté diciendo una barbaridad. Fomente el pensamiento crítico en su equipo, trate de ser objetivo en sus juicios, evite a toda costa los tratos preferenciales y favoritismos y procure mantener siempre la objetividad.

No establezca redes secretas de información ni aliente a sus colaboradores para que le comenten lo que escuchan en los pasillos, pues con ello no solamente estará abriendo la puerta para que alguien lo manipule, sino que estará dando pasos hacia el deterioro del clima organizacional de su área o empresa. En las reuniones procure que todos sus colaboradores tengan la oportunidad de expresar sus ideas; evite ridiculizarlas y que otros las ridiculicen, así podrá formarse un juicio objetivo de cada uno de los miembros de su equipo. La retroalimentación debe ser permanente; no espere a la evaluación del desempeño para corregir los desaciertos y aspectos a mejorar de cada uno de los miembros de su equipo; sea sincero en sus apreciaciones, buscando siempre la superación de las dificultades y la mejor manera de realizar el trabajo; oriente a sus colaboradores en el diseño y desarrollo de planes de carrera y programas de capacitación, sea amplio y sincero en el elogio y moderado en la crítica, así ganará lealtades verdaderas.

Cuando tenga la oportunidad de ascender a uno de sus colaboradores, no se fíe exclusivamente de su percepción; apóyese en profesionales de selección que evalúen objetivamente a los candidatos y apliquen las pruebas necesarias para determinar cuál de ellos se acerca más al perfil definido. Reciba con reserva los elogios y trate de mantener en todo momento la objetividad en sus juicios, garantizando así un trato justo y equitativo para todos los miembros de su equipo.

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