Enfoque o diversificación: un dilema corporativo

Históricamente se ha demostrado que los más grandes desarrollos tecnológicos y avances de la ciencia surgen de una dedicación obsesiva a trabajar en un solo problema. De la misma manera, las empresas de tecnología que se han convertido en íconos de la industria en el siglo XXI, como Google, Facebook, Uber, Tesla o Twitter, en su mayoría empiezan enfocadas en un único producto u aplicación. Google empieza con la idea de organizar el internet y ayudar a los cibernautas a buscar información en la red, Facebook nace de la idea de conectar personas a través de una red social, Uber empieza como una plataforma que soporta una red de transporte privado, Tesla se dedica inicialmente a fabricar vehículos eléctricos y Twitter se hizo popular siendo una plataforma de “microblogging” que reunía las ventajas de los blogs, las redes sociales y la mensajería instantánea. A medida que el tiempo pasa, las empresas maduran, reciben infusiones de capital y aparecen nuevos competidores en el mercado. Como consecuencia de esa evolución y de la necesidad de mantenerse relevantes y competitivas, las empresas comienzan un proceso de diversificación que en casos como el de Google, las lleva a convertirse más en un conglomerado al mejor estilo de compañías como General Electric o los grandes “keiretsu” japoneses de los cuales tanto se ha escrito y criticado. 

Google se encuentra en una coyuntura histórica, como lo demostró el reciente anunció que tomó por sorpresa a muchos analistas e inversionistas. Con el argumento de que la industria de la tecnología está produciendo rápidamente conocimientos que pueden ser aplicados a docenas de otros problemas que afectan a la humanidad y viendo como la compañía a lo largo de los últimos años ha venido experimentando con productos, aplicaciones y servicios que hacen uso de esas tecnologías derivadas de su negocio principal, Google ha decidido reorganizarse y crear una nueva empresa matriz llamada Alphabet, dentro de la cual el nombre Google será una de sus divisiones y los negocios no-tradicionales serán divisiones separadas del conglomerado. 

Para poder entender lo que está pasando dentro de Google es importante reconocer que acumula en sus filas buena parte de los mejores talentos del mundo, de la misma manera basta con darle un vistazo a su último reporte anual donde se mencionan algunos de los proyectos en los que ha venido invirtiendo en los últimos años así como algunas de las adquisiciones que ha realizado, empezando por la compra de Nest, el fabricante de termostatos inteligentes, la del fabricante de robots militares Boston Dynamics y la del fabricante de drones Titan Aerospace y los cientos de proyectos, unos exitosos y otros fallidos que salen cada semana de Google X, el brazo corporativo encargado de generar ideas y explorar proyectos audaces como los Google Glass y los vehículos autónomos.

Google ha utilizado esta estrategia de diversificación ofensiva con un cierto grado de desorganización intencional. En la ofensiva, los resultados de inversiones como la compra de Youtube, han empezado a mostrar beneficios. Una desventaja importante a la diversificación, precisamente cuando se hace en múltiples direcciones es que el costo de la puesta en marcha de nuevos negocios y el riesgo de fracasar es alto, al mismo tiempo cada iniciativa requiere tiempo y atención de la plana directiva, un recurso escaso y finito por definición. Es por eso que la movida de Google de aislar el negocio tradicional de búsqueda, que deriva sus ingresos principalmente de la publicidad, asignado una cabeza con una larga trayectoria de éxito para manejarlo y al mismo tiempo crear unidades separadas de negocio enfocadas en las otras iniciativas corporativas como la robótica, la ciencia de la salud y varios proyectos mas, tiene mucho sentido. 

Habrá que esperar para entender el significado real de la reorganización y al mismo tiempo será interesante ver los movimientos de otras compañías del sector que seguramente no se quedarán mirando a los toros desde la barrera.