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Por eso, es absurdo que el Estado haga que la creación y el funcionamiento de las empresas sea tan engorroso y oneroso. Parecería que la idea de obtener una ganancia económica fuera ruin, o que generar utilidades en más de un porcentaje fuera un acto codicioso y por lo tanto el Estado se empecina en poner trabas e imponer más impuestos. Sin embargo, la realidad es que una empresa que logra sobrevivir en Colombia, genera un beneficio directo en la economía. Con la generación de utilidades se pueden contratar más personas, brindar mejores condiciones de trabajo, retener talento con mejores sueldos, desarrollar nuevos proveedores. Con más ganancias hay lugar a contratar nuevos servicios, invertir en equipos y tecnologías eco eficientes, etc.
El dinero que pueden generar las empresas no es malo, por el contrario, si se invierte como toca, es un medio para desarrollar el país. Bien dice Michael Porter, en su teoría sobre estrategia de negocios y causas sociales, que la manera de solucionar los problemas que hoy aquejan especialmente a los países en desarrollo como la pobreza, la inseguridad, la falta de educación y la inequidad, pueden solucionarse con la generación de empresas que sean económica, social y ambientalmente responsables.
Por lo tanto, es primordial fomentar el desarrollo y el crecimiento de las empresas, entre otras, mediante una política que simplifique la cantidad de requerimientos legales que deben cumplir. Actualmente, ni siquiera las obligaciones comerciales generales son fáciles de desempeñar, cualquier inscripción requiere formularios, filas, pagos, fotocopias, contadores.
Después aparecen los requerimientos de la Dian, del Ministerio de Trabajo, de la Superintendencia de Industria y Comercio, de Supersociedades, del Invima, del Dama, de la Ugpp. Informes de gestión, de estados financieros, nuevo sistema de contabilidad, auditorías, cumplimiento de legislación cambiaria, reglamento de higiene y seguridad, renovación de registros, afiliaciones a caja de compensación, registro sanitario, etc.. Hay empresarios que dicen no tener tiempo suficiente para dedicarse al objetivo de su negocio dada la cantidad de requisitos formales que deben cumplir.
Algunas firmas presentan informes de sostenibilidad, en los que demuestran su gestión en términos del respeto por los recursos naturales así como por sus trabajadores, proveedores, clientes etc. Si bien estas obligaciones se distinguen en países desarrollados por trascender las obligaciones legales, parecería que dado el complejo escenario colombiano, las empresas que cumplen con todos los requisitos de la ley, están siendo más que responsables. Antes de imponer mas presión sobre las empresas deberíamos hacer un esfuerzo por controlar la informalidad.
Empresas deberían tener menos presión
Antes de imponer más presión sobre las empresas deberíamos hacer un esfuerzo por controlar la informalidad. Finalmente, las empresas colombianas productivas, innovadoras que pagan sus impuestos, brindan empleo digno y formal, constituyen de por sí, un modelo de responsabilidad empresarial especial o por lo menos van por el camino correcto.
El uso del Icopor industrial en la construcción y desarrollo de infraestructura se redujo en los últimos años con el freno del sector