Katherine Benítez Piñeros
Con la puesta en marcha de la tercera fase del programa ‘Diáspora’ (que contempla la construcción y el fondeo de 50 arrecifes artificiales), liderado por Cenit, Ecopetrol, Ocensa, Oleoducto Bicentenario y Oleoductos de Colombia, el Golfo de Morrosquillo completará 102 arrecifes de este tipo.
‘Diáspora’ es un propósito interinstitucional que busca la recuperación de la biodiversidad y la productividad del Golfo de Morrosquillo, a través de la construcción y siembra de arrecifes artificiales en el lecho marino y la recuperación de los manglares.
En el desarrollo de esta tercera fase, entre diciembre del año pasado y lo que va de 2018 se han sembrado cinco arrecifes artificiales construidos con artefactos navales en desuso, como las antiguas monoboyas TLU1 y TLU3 y sus respectivas barcazas de alivio, y el pontón Golfo de Morrosquillo, que eran utilizados en el terminal marítimo de Ecopetrol en Coveñas.
Junto con la siembra de los 50 arrecifes artificiales, la tercera fase de Diáspora incluye un componente de fortalecimiento a las organizaciones de pescadores en temas relacionados con el turismo por la naturaleza y el ecoturismo submarino, como alternativa productiva para las comunidades.
¿Desde cuándo existe Diáspora? A partir de estudios realizados al ecosistema marino del Golfo en 1985, en 1999 se firmó un convenio entre Ecopetrol, el Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura (Inpa) y Carsucre, para desarrollar el proyecto piloto con dos arrecifes artificiales construidos con tubería de acero en desuso, los cuales fueron instalados en octubre de 2000.
Gracias a los resultados de los dos primeros, en 2007 se sembraron 20 más. En esta fase participaron Ecopetrol, Carsucre, la Corporación de los valles de Sinú y San Jorge (CVS) la Gobernación de Sucre, la Fundación Argos, el Sena, las alcaldías de Tolú, Coveñas y San Antero, y las comunidades organizadas de pescadores artesanales.
La segunda fase se llevó a cabo entre 2010 y 2014, con la siembra de 30 nuevos arrecifes artificiales. En 2017, se realizó el proyecto de señalización con 13 boyas para identificar los sitios donde están sembrados los arrecifes. Además de contribuir a la calidad de vida de las comunidades de pescadores y la productividad del ecosistema marino del golfo, el programa ha incrementado el número de especies marinas en la zona.
