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Ya no se puede instaurar a un modelo único para tratar el crecimiento económico, inclusivo y ambiental de todos los países del mundo
Desde hace siglos se creía que el desarrollo comercial del mundo dependía de la liberalización para que se pudiese emprender un desarrollo económico uniforme entre todos los países. Es decir, este modelo pretendía converger a todas las regiones del planeta hacia las mismas prácticas en pro de la globalización y cooperación internacional.
Según el Índice de Comercio Sostenible, STI, desarrollado por la Hinrich Foundation, en la actualidad, ya no se puede instaurar a un modelo exclusivamente como único tratamiento para el crecimiento económico, inclusivo y ambiental del mundo. Es más, este estudio asegura que las potencias y las economías emergentes aplican estrategías opuestas, bloques, políticas proteccionadas o selectivas, teniendo en cuenta las circunstancias de su territorio.
En el desarrollo del STI, se pudo constatar que en la actualidad el comercio sostenible se enfrenta a tres tensiones importantes, a las que los países que presentan proyectos resolutivos tienen para avanzar en su modelo de desarrollo y participar en el comercio global. Estas son: eficiencia vs. autonomía estratégica; rentabilidad vs.cohesión social y ambición climática vs.soberanía del desarrollo.
Aunque la Hinrich Foundation aseguró que no existe una solución exacta a estas problemáticas, si exaltó que cada país puede aprender a enfrentarlas dependiendo de las necesidades que tenga.
Dentro de lo que propone la STI, esta asegura que como el comercio ya no se divide entre abierto o cerrado, sino entre eficiencia y autonomía, este realineamiento le da la entrada a cuatro estrategías que ayudan a segmentar mejor al desenvolvimiento comercial del mundo. Estas son: Líderes de mercado abierto, Progresistas pero protegidos, Rutas proteccionistas y Apertura selectiva.
En relación con la problemática entre rentabilidad y cohesión social, el informe señala que el verdadero desafío consiste en equilibrar el crecimiento económico con la integración social. De este equilibrio surgen distintos modelos de desarrollo: crecimiento equilibrado, crecimiento primero, economías maduras y economías rezagadas.
Finalmente, para encontrar un equilibrio entre la ambición climática y la soberanía del desarrollo, es fundamental reconocer que cada país se agrupa según la relación entre los factores que originan el problema. Así, se identifican cuatro categorías: transición verde-industrial, iniciadores sostenibles, altamente impactantes y potencial desaprovechado.
Dentro de los principales hallazgos que se presentaron en el informe, está la realización de la incertidumbre a la que se enfrenta el comercio sostenible en la actualidad. Factores como el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y el proteccionismo económico que ha instaurado en sus políticas arancelarias; la renovación del concepto “made in China” creada por el gigante asiatico en pro de reducir su dependencia tecnológica extranjera para transformarse en potencia manufacturera y la búsqueda de autonomía de parte de India, son indicios que denotan el quebrantamiento del consenso liberalizador.
En cuanto a los resultados del ranking del Índice de Comercio Sostenible, estos se sustentan mediante economías desarrolladas con políticas y proyectos institucionalizados en pro de la conciencia sostenible. El primer puesto de este listado lo ocupa Reino Unido, con 100 puntos; seguido de Nueva Zelanda con 97, Australia con 93, Singapur con 90 y Corea del Sur con 87. El último lugar le correspondió a Myanmar con 0 puntos.
Las características que se tienen en razón para enlistar a estos 30 países se basan en cómo han enfrentado a los ya mencionados, dilemas inevitables, teniendo como eje a la economía, el entorno social y las medidas en pro del medio ambiente.
La región de Asia-Pacífico continuará siendo la principal fuente de emisiones a nivel mundial. No obstante, se proyecta que estas se reduzcan cerca de 6%
