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Las toallas higiénicas y los tampones han sido reemplazados por productos como copas menstruales, tampones reutilizables y pantys absorbentes
Levantarse de la silla esperando no haber manchado el pantalón, o despertarse y notar que las sábanas junto con la pijama, se ensuciaron es una pesadilla. Esa que cada 28 días acompaña a las mujeres, así como los cólicos, el torrente de hormonas y las mil y una emociones que resultan difíciles de controlar. Todo esto se amplifica cuando los productos tradicionales que hay en el mercado no parecen acomodarse a la complejidad de su periodo y de su cuerpo, además de que sus precios se vuelven cada vez más altos.
¿Nunca se ha preguntado cuánto gastaría solo en toallas y tampones durante toda su vida fértil? Las investigaciones demuestran que serían alrededor de $8 millones. Esta suma podría reducirse considerablemente gracias a nuevas marcas que han transformado la menstruación con productos que, no son solo más económicos a largo plazo, sino también más sustentables y duraderos, como copas y discos menstruales, tampones reutilizables, pantys absorbentes y toallas higiénicas de tela.
Una encuesta realizada por Censuswide y Wellbeing for Women, en Reino Unido, reveló que 51% de las mujeres consultadas afirmó que menstruar afecta de forma negativa su vida y 86% aseguró haber sufrido mínimo un percance público durante su periodo. El estudio también concluyó que, del total, 66% cambian su toalla sanitaria o tampón cada dos horas, 65% recurrentemente mancha su ropa de cama y 48% utiliza dos productos al mismo tiempo para evitar fugas.
Pero, las consecuencias del uso de estos productos van más allá de lo económico, pues está comprobado que las mujeres que gestionan su menstruación con toallas sanitarias se ven más afectadas por síntomas de irritación, picazón, ardor y enrojecimiento en sus partes íntimas a causa de los materiales con los que están hechas. Sumado a eso, su uso prolongado puede alterar la flora vaginal, generar variaciones de color, olor y textura del flujo e, incluso, provocar infecciones en los tractos vaginales y urinarios.
Esto podría deberse a que 90% de sus componentes principales de fabricación son fibras termoplásticas de polietileno y polipropileno perforado, insumos que son derivados del petróleo, de acuerdo con estudios de Business Waste y Zero Waste Europe. Además, la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California demostró que en 30 tampones, de diferentes líneas de productos y marcas, encontraron trazas de 16 metales pesados y tóxicos.
En este punto, resulta importante mencionar que el uso de productos sanitarios desechables no solo afecta a las mujeres, sino también al medio ambiente. Según los cálculos, cada una utiliza, en promedio, entre 9.200 y 11.000 toallas o tampones a lo largo de su vida fértil, generando aproximadamente 240 kilogramos de desechos. Al año, en todo el mundo, la cifra alcanzaría 200.000 toneladas, que tardarían entre 500 y 800 años en degradarse.

Frente a este panorama, muchas marcas, entre ellas Copa Uva, Beepy y Lúteas, han decidido transformar la menstruación y convertirla en una carga más liviana para las mujeres y, por esa misma línea, para el medio ambiente. En cuanto a sus inicios, la representante de Copa Uva dijo "creemos que la menstruación no debería ser sinónimo de incomodidad ni de impacto negativo en el planeta. Nuestra motivación nació de ofrecer alternativas modernas, cómodas y saludables. Queremos que cada mujer tenga la libertad de vivir su periodo cómoda, libre y segura, utilizando productos como copas y discos menstruales, que son reutilizables".
Sarah Cadavid, líder de Beepy en América, señaló "nosotras diseñamos para ese cuerpo real, el que a veces tiene miedo, dudas, cólicos, y no tiene por qué sufrir cada mes. Cada producto Beppy tiene detrás una investigación de uso real, una conversación sobre lo que nadie se atrevía a hablar y una intención clara de sanar la relación de las mujeres con su cuerpo". También aseguró que están pensados para cada etapa de su vida, desde la primera menstruación hasta la premenopausia y menopausia.
Las alternativas van desde copas, discos y tampones menstruales que son insertados de forma intravaginal y pueden utilizarse durante 12 horas seguidas, su vida útil es de hasta 10 años y están elaborados 100% con silicona de grado médico, libre de sustancias químicas como BPA; hasta pantys absorbentes y toallas de tela lavables, como opción para jóvenes y mujeres que no gustan de las primeras. "Además, contamos con productos complementarios como limpiadores de copas, jabones íntimos y vasos esterilizadores, ideales para mantener una higiene adecuada y prolongar su durabilidad", agregó Copa Uva.
En cuanto a sus beneficios, Sarah añadió que su copa es suave y flexible, por lo que se adapta fácilmente al cuerpo de cada mujer, cuenta con una pestaña antiderrames y un asa para extraerla y se pueden tener relaciones sexuales de penetración mientras está puesta. Así mismo, Beepy ofrece el primer tampón reutilizable (con un diseño similar a la copa) "sin cordón y con aro de extracción, pensado para quienes tienen cérvix bajo o para quienes están empezando a usar productos intravaginales reutilizables". Por último, aseguró que los pantys que vende la marca están hechos para evitar fugas y cuentan con unos botones en los costados para que las mujeres puedan graduarlos según su comodidad cuando estén más inflamadas y tienen una vida útil de casi cinco años.
No solo eso, el uso de estos productos elimina en parte los problemas asociados a las toallas y tampones desechables, pues la posibilidad de adquirir infecciones e irritaciones disminuye considerablemente, así como la percepción del olor de la menstruación, el cual desaparece porque la sangre ya no está en contacto con las fibras de plástico ni se oxida por el contacto constante con el aire.
"Actualmente, más de 100.000 mujeres ya usan la Copa Uva para vivir su ciclo de forma más libre y sostenible. La demanda ha crecido significativamente gracias a nuestra presencia en Colombia, Ecuador, México y España, donde cada vez más están optando por alternativas saludables, cómodas y responsables con el planeta", aseguró su representante.
A pesar de que existen mitos y tabúes asociados a estos productos, como que pueden perderse al interior del útero y que va a ser imposible volver a sacarlos, las marcas también están comprometidas con romperlos e informar a las mujeres sobre los beneficios que les ofrecen y la realidad de su uso. "Buscamos abrir conversaciones que han estado silenciadas en todo lo que comunicamos. A veces no es solo vender una copa, sino acompañar a una mujer a reconciliarse con su cuerpo y su ciclo", aclaró Sarah.

Abrirle la puerta a las copas, los discos, los pantys absorbentes y las toallas de tela; y a su vez, cerrársela a los productos sanitarios desechables que existen hace miles de años es una decisión que está en manos de cada mujer y que debería basarse, por supuesto en las ventajas que le ofrece para atravesar su menstruación de forma menos tortuosa y más económica, pero también en el impacto ambiental y en la posibilidad de disminuir en casi 90% esos 240 kilogramos de residuos. Aunque da temor intentar algo nuevo, y más si se trata de salud íntima, quizás valga la pena imaginarse un periodo en el que no da miedo levantarse de la silla y las sábanas y la pijama manchadas solo sean eso, pesadillas.