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OPINIÓN

La cadena de la moda: desempeño 2016 y perspectivas 2017

martes, 23 de mayo de 2017
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Estas medidas tienen como objetivo proteger e impulsar estos sectores que tienen una tradición de más de 100 años en el país, representan 11% del PIB industrial y son intensivos en mano de obra. Así, la relevancia de este sector y las medidas mencionadas son suficientes razones para preguntarse por su dinámica y la de los sectores conexos, que conforman la cadena de la moda en el país. 

El sector textil (hilatura, tejeduría y el acabado de productos textiles) ha tenido una leve mejoría pese a que sigue presentando contracciones en su producción industrial. En efecto, la producción de este sector cayó al 1,4% en el acumulado en doce meses a marzo de 2017, manteniéndose en el plano negativo, pero mejorando frente a las contracciones de 2,2% de un año atrás, según la Encuesta Mensual Manufacturera del Dane (ver gráfico adjunto). Por su parte, las ventas industriales sí pasaron al plano positivo, al crecer levemente (0,4% en el acumulado anual a marzo de 2017) vs. el -2% de un año atrás. Este sector, que tuvo que afrontar fuertes revaluaciones y competencia desleal (vía contrabando) en el pasado, podría ver esfumar su leve recuperación si persisten los muy bajos o nulos niveles de depreciación recientes, ante los efectos indeseados que se derivan de la complacencia de los capitales off-shore que llegan al país (ver Informe Semanal No. 1362 de mayo de 2017). 

En cambio, la dinámica del sector de confecciones no fue tan positiva en el último año. La producción industrial del sector se contrajo a tasas de 2,2% en el acumulado en doce meses a marzo de 2017, muy inferior al crecimiento de 8,7% observado un año atrás. De manera similar, las ventas industriales del sector se contrajeron al 3% en el acumulado en doce meses a marzo de 2017 (vs. +6,2% de un año atrás). 

La desaceleración de este sector obedece a factores estructurales y coyunturales. Estructuralmente, persisten los lastres de competitividad (“Costo Colombia”) que afectan las exportaciones industriales del sector. Coyunturalmente, han jugado en contra: i) la desaceleración de la economía colombiana, que afecta la dinámica del consumo de los hogares (creciendo solo al 2,1% en 2016 vs 3,2% de 2015); las presiones inflacionarias (5,75% en 2016, perdiendo la meta por segundo año consecutivo); y iii) la caída en la confianza del consumidor hacia niveles históricamente negativos (-22 en el promedio de los cuatro primeros meses de 2017). Esto ha llevado a que el consumo de los colombianos sea más cauteloso en materia de gastos en bienes no esenciales como las prendas de vestir en el arranque de 2017, desincentivando su producción. 

Lo anterior se corrobora con el desempeño de la comercialización de prendas de vestir. En efecto, las ventas minoristas de este sector crecieron solo 1,4% en el acumulado en doce meses a marzo de 2017, cuando un año atrás lo hacían al 7,5%, según la Encuesta de Comercio al por Menor y Comercio de Vehículos del Dane. 

En síntesis, aunque la cadena de la moda en el país presenta algunas señales de recuperación en el primer eslabón (textiles) al inicio de 2017 (que podrían extinguirse ante el regreso de la TRM por debajo de los $3.000/dólar), estas se pierden completamente a medida que avanzamos hacia las confecciones y su comercialización, donde la desaceleración económica reciente y la caída de la confianza del consumidor ya están haciendo “mella”. Prospectivamente, entre los principales factores que podrían amenazar el desempeño del sector durante 2017-2018 aparecen: i) la débil recuperación de la economía colombiana (creciendo solo 2,2% en 2017 y 2,8% en 2018); y ii) el aumento en la tarifa general del IVA del 16% al 19%, el cual aplica a productos como las prendas de vestir. Estos factores podrían ser parcialmente contrarrestados por las favorables oportunidades de negocios derivadas de la reciente feria Colombiatex de las Américas 2017. En esta última se cerraron negocios por cerca de US$326 millones (+4% frente a la feria de 2016), con una participación de 21.924 visitantes entre compradores, expositores, y medios de comunicación (+5,5% frente al año anterior). 

Con todo esto, Anif proyecta que los sectores de textiles y confecciones decrecerían al 1,1% y al 4,1% anual respectivamente al cierre de 2017, en materia industrial. Por su parte, a nivel de comercialización, las ventas del sector de confecciones y prendas de vestir llegarían a expansiones de 0,5% al cierre de 2017. Así, en el corto plazo, pese a las medidas arancelarias, la cadena de la moda seguirá afectada principalmente por la desaceleración de la economía. En el mediano plazo, el desempeño del sector estará más ligado a elementos estructurales que eleven su productividad, como la reducción del llamado “Costo Colombia”.

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