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EDITORIAL

Más esfuerzos para no perder el trimestre

miércoles, 20 de enero de 2021

Editorial

El arranque económico de este 2021 no es bueno si se proyectan las consecuencias que dejarán los cierres de los comercios, las cuarentenas zonificadas, los toques de queda y demás acciones gubernamentales que buscan evitar más contagios, en el peor momento sanitario que atraviesa el país en medio de la pandemia derivada del covid-19. Y lo peor es que el plan de vacunación también está lejos de comenzar, con preocupantes problemas de producción y suministros, lo que comprometería la anunciada recuperación de los países.

Las cifras de contagios son realmente preocupantes, no solo por la dimensión sanitaria sino por el impacto en la buena expectativa económica que se tenía en noviembre, situación que obliga a que los gobiernos locales, regionales y al nacional a que aceleren planes de estímulos que interpreten la situación. Hoy hay más contagios, más muertos y la desesperanza por una pronta normalización es mayor, pues poco a poco se extiende el problema sanitario y la recuperación económica no llega todavía. Sin recuperación en enero por la extensión de los cierres y un anuncio de radicación de reforma tributaria en febrero, no habrá un buen comienzo del año; si bien los nuevos impuestos se pagarán en 2022, es en este 2021 es que se siembran y cosechan los ingresos y utilidades de las empresas.

El endeudamiento externo para este año puede superar 65% del PIB y aún no se observan acciones precisas de reducción del abultado déficit fiscal y las inexistentes reformas estructurales pendientes, cóctel de nubes negras que ojalá no le hagan perder el grado de inversión a la economía, que es el fantasma que se cierne sobre las economías emergentes, particularmente la colombiana y la peruana en la Alianza del Pacífico.

Las carteras económicas deben tomar nota de este aparatoso comienzo de año y el enrarecimiento de la situación económica del país. El año pasado cerró con gran ilusión, pero los inevitables rebrotes durante las fiestas de fin de año están retrasando ineludiblemente a ansiada recuperación, pero algo hay que hacer para detener la mala percepción y acelerar las dinámicas económicas.

De los primeros cierres de la economía en todas las ciudades colombianas de hace casi un año, se debe aprender que hay actividades que no pueden frenarse y que es imperativo que las administraciones departamentales y municipales aceleren las obras públicas con todas las condiciones de cuidados sanitarios. Hay cosas que se aprendieron entre marzo y junio durante el primer pico del coronavirus y es que no todo se puede cerrar todo y que es un error craso aislar completamente las ciudades evitando los vuelos y la movilización de vehículos. Los toques de queda no son la mejor herramienta, quizá sea más efectivo estimular los esfuerzos de autocuidado.

Obviamente las sanciones deben ser más fuertes, pero es en estos casos que debe haber zanahoria y garrote para evitar que la economía despegue en el primer semestre. No se trata de economía o salud, se trata de haber aprendido que sin una salud económica no se garantiza la necesidad básica insatisfecha de la salud de las personas. Colombia es una economía que vuela con los motores de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, el Gobierno Nacional debe trabajar de la mano de estas administraciones para no retardar más la recuperación.

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