.
EDITORIAL

Los reinados como industria de la belleza

lunes, 26 de enero de 2015
La República Más
  • Agregue a sus temas de interés

Un negocio lucrativo que despierta fanatismo, monetiza audiencias y desata festejos por las calles.

Colombia es un país de extremos: pasamos en pocos días de ‘satanizar’ eventos tan controvertidos como ‘Miss Tanguita’, que se realizaba en un pequeño pueblo al oriente del país, a la rabiosa celebración de ‘Miss Universo’ llevado a cabo en la capital de las inversiones inmobiliarias de Donald Trump. De la indignación del reinado de niñas en Barbosa, Santander, pasamos en un par de semanas al júbilo desatado por las reinas en El Doral, Miami. Para nadie es un secreto que los reinados de belleza, tal y como los conocemos en la región, son un evento de talla nacional solo en países de América Latina como México, Venezuela y Colombia particularmente, en donde se asume el certamen al igual que una final de fútbol, y para ser coherentes no se puede pasar por alto que Colombia consiguió la segunda corona mundial de la belleza, una distinción esperada por casi sesenta años.

Los reinados en Colombia no atraviesan por sus mejores años, si se comparan con lo que sucedía en décadas pasadas, pero siguen siendo negocios lucrativos vinculados siempre a las fiestas populares, que si no fuera por este Miss Universo conseguido por la barranquillera Paulina Vega, el futuro de las competencias de belleza seguiría el mismo camino de las corridas de toros y las cabalgatas. El aporte de las reinas a la economía popular es importante: fiestas, desfiles, vestidos, logística, moda y entretenimiento, son algunos de los subsectores que mueven las reinas y son acciones que suman en las economías. Las concentraciones de personas en vivo en los eventos, las audiencias en tiempo real que arrastran y el foco mediático que consiguen es atractivo para los patrocinadores que ven en los reinados de belleza una manera de desarrollar iconos para vender sus productos. 

Los reinados en Colombia necesitaban de una distinción de talla mundial para revitalizarse y aportarle más no solo a la cultura tradicional, sino a las economías vinculadas a estos certámenes. Seguramente la Miss Universo colombiana generará una ola de cubrimientos que soplará, por un tiempo, las nubes de críticas que se habían aposentado sobre las competencias femeninas de belleza. Claramente los reinados son la mejor feria de exhibición del sector de la belleza y la salud para una economía como la nuestra, especialmente sensible a estos temas. Un tercer elemento que se debe analizar con cautela, con motivo de la corona para Colombia, son los fanatismos que estos certámenes despiertan, parecidos a los desatados por la tauromaquia y su eterno dilema si son bienes culturales, de moda o simples tendencias sociales.

Lo cierto es que son hechos vitales y reales para Colombia y que tienen un buen aporte a la sociedad del consumo y de los iconos contemporáneos.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA

MÁS DE EDITORIAL

Editorial 26/04/2024 ¡Representantes! La pensión está en sus manos

Los representantes a la cámara no pueden manejar dos discursos como los senadores: de labios para afuera en contra de la reforma y en la oscuridad de los pasillos transan todo

Editorial 25/04/2024 La pensional, a “marchas” forzadas

La bulla o la magnitud de las marchas del pasado domingo no hicieron cambiar de parecer a los senadores que empujaron la pensional a sus últimos debates en la Cámara

Editorial 24/04/2024 Un ministro que no ejecuta no sirve para nada

Es la peor ejecución del Presupuesto en los últimos tres años, un problema en el que el Presidente es el máximo responsable por no poner indicadores de gestión para los ministros