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EDITORIAL

Los flecos sin resolver del alza del mínimo

viernes, 17 de diciembre de 2021

Era justo subir el salario mínimo más de 10%, pero más urgente es resolver la necesaria reforma laboral que le permita a las empresas contratar por horas con todas los beneficios

Editorial

La economía colombiana debe resolver la forma cómo viene solucionando problemas estructurales de vieja data que tienen que ver con un innecesario “incesto” entre exfuncionarios, exministros, académicos y ahora dirigentes gremiales, quienes no toman el toro por los cuernos y adelantan (hoy sin liderazgo y compromiso) verdaderas reformas que le quiten las innecesarias cargas a la nómina, que de lejos, es el mayor problema para generar empleo formal. El año pasado el incremento del salario mínimo para 2021 fue de 3,5%, pero la inflación de un año atípico es casi el doble (6%), es decir, durante los primeros cinco meses los precios se habían comido el alza decretada. Es como si el próximo mayo, la inflación del año corrido esté en 10% y no haya ingreso mínimo mensual para pagar la canasta básica; no sobra recordar que la inflación de alimentos promedia 12% y que de mantenerse se estaría consumiendo el incremento del mínimo. El primer fleco que deben resolver las autoridades económicas es adelantar la reforma laboral que masifique el trabajo por horas con todas las prestaciones sociales; lo que va a suceder con el incremento del salario mínimo de más de 10% para ajustar $1 millón, sin el subsidio a la conectividad, es que muchos empleadores de emprendimientos rurales, tecnológicos y de servicios, no van a contratar gente con ese salario porque simplemente no les da en sus modelos económicos o sus simples ingresos salariales. Los ministerios de Trabajo, Agro y Hacienda deberían redoblar gestiones ejecutivas para sacar esta iniciativa adelante. Nunca se avanza en estructurar un régimen laboral moderno en Colombia por ese “incesto” de exfuncionarios y gremios que se hacen despacio en las reformas, se alejan de nuevas ideas, no escuchan y no sacan adelante nada fundamental. No puede suceder que convoquen a otra misión, consejo de asesores o de expertos, para mirar cómo va a ser la reforma laboral íntimamente ligada al revolcón de las pensiones que debe darse en menos de 24 meses.

Insistimos que un mínimo de $1 millón es necesario y justo con los más de 12 millones de colombianos que lo devengan, pero el resto de la clase media que gana más de dos o tres salarios mínimos -a la que igual le pega la inflación- le va a subir 6%, quitándole consumo, ahorro e inversión a quienes deberían tener mayor margen para contratar empleos de apoyo hogareño. No es ver el vaso medio vacío al identificar los flecos evidentes pendientes del alza del salario mínimo, es obligar a quienes son los responsables de sacar adelante estos temas, que se esfuercen en hacer verdaderos cambios estructurales como la reforma laboral, el planteamiento de la próxima discusión del salario mínimo, de su impacto inflacionario y el por qué a los que ganan dos, tres o cuatro salarios mínimos se les ajusta la inflación causada, coartándoles la posibilidad de generar empleos domésticos. Si a una persona que devenga un “buen salario” no se le sube su ingreso para el nuevo año, al menos en función de la variación de los precios y la productividad, no podrá transmitirle a la economía su “buen salario”, pues las prevenciones sobre un mínimo de $1 millón para las empleadas de servicio, choferes, jardineros, enfermeras, etc., se suspenderá hasta que haya una manera de contratar por horas, un esquema en donde todos ganen.

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