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EDITORIAL

Las medidas para reactivar la construcción

martes, 11 de junio de 2019

Los colombianos han aprendido a endeudarse, pero no sobra una alerta temprana por una eventual feria de hipotecas con 10% de garantía sin medir la capacidad de pago

Editorial


El chivo expiatorio del bajo crecimiento económico -más allá de que si hay o no estancamiento- es la construcción que lleva dos trimestres presentando cifras muy preocupantes. El año pasado tuvo un crecimiento consolidado de 0,3%, muy inferior al promedio de la economía que fue de 2,8%. Y este año, durante el primer trimestre, es decir los meses comprendidos entre enero y marzo, fue de -5,6%, a los ojos de los expertos el sector causante de que la economía crezca muy por debajo de su capacidad. La situación de la construcción ha encendido las alarmas del Gobierno Nacional, quien en buen momento ha diseñado varias herramientas para resucitar uno de los sectores que más genera empleo formal y que reactiva la cadena de la economía, pues detrás de la venta de un apartamento hay obra blanca, decoración y amoblamiento. Es realmente el sector de sectores cuando del crecimiento se trata. Por eso, es loable y acertado que el Ministerio de Vivienda haya tomado el toro por los cuernos al anunciar seis medidas para reactivar el sector con el objetivo de incrementar ventas 30%. Así pues, los programas de “Mi Casa Ya” y “Semillero de Propietarios” son las puntas de lanza del Ministerio que acordó aumentar el porcentaje a financiar en los créditos hipotecarios, de 70% a 90%, al tiempo que impulsará más subsidios y mejores garantías para los compradores. Para todo ello se han trazado la meta de 130.000 soluciones anuales, una cifra que hace mucho no se veía en Colombia y que estimulará la economía por dos frentes: consolidar el segmento de Vivienda de Interés Social (VIS) y reactivar el segmento de No VIS.

Una de las estrategias se centrará en que los usuarios finales ya no tendrán que pagar una cuota inicial mínima de 30%, sino de 10%. Una jugada gubernamental que anima a los vendedores, pero no tanto a los banqueros, pues el miedo al desbordamiento de la cartera es una desconfianza muy razonable.

Para una vivienda de $200 millones, antes se debía tener de cuota inicial $60 millones y el banco prestaba hasta $140 millones. De ahora en adelante con $20 millones de cuota inicial, el banco podrá hipotecar los $180 millones restantes. La política pública solo cobija a quienes compren vivienda de segmento medio o alto, no para medios y bajos segmentos. Las otras dos medidas buscan proveer los recursos para los programas públicos hasta 2024 y dar mayores garantías a los créditos hipotecarios, a través del Fondo Nacional de Garantías para que destine $650.000 millones para respaldar esos créditos, lo que recobrará la confianza del sector y aumentará los préstamos. Esta última acción podría desinflar los miedos de los banqueros a que se genere una avalancha de deudores morosos en algún tiempo, dadas las bajas tasas de interés y los respaldos gubernamentales. También se ajustarán los topes de precios de VIS, pasando de 135 salarios mínimos a 150, es decir, de $112 a $125 millones. Es de esperar que con estas propuestas se dinamice un sector que está en deuda con el PIB y que genera más de 75.000 nuevos empleos, pero también es prudente alertar que estas medidas son de cuidado, pues no se puede forzar una entrega masiva de subsidios y ayudas para que la gente compre casa; lo importante es que crezca el agregado de la economía, haya trabajo y se aumente la capacidad adquisitiva de las personas para que se endeuden con bienes duraderos.

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