La importancia del teatro y el Estéreo Picnic

Por estos días en los que se avecina el Mundial de Fútbol de Brasil, cobran relevancia las discusiones sobre el peso del entretenimiento en la economía de un país, incluso el tema se vuelve tendencia en las redes sociales. Esta semana por ejemplo, se debatía desde diferentes puntos de vista si era cierto que el fútbol per sé era una de las 20 economía del mundo. Técnicamente la afirmación es imprecisa porque no se pueden comparar entes políticos con sectores económicos y mucho menos con entidades privadas de orden global. Se cae durante este tiempo en hablar de que la Fifa congrega a más naciones que la ONU, cosa que es cierta, pero no es comparable, pues los temas originarios del organismo son limitados al momento de hacer alguna comparación. También se habla en ocasiones de que empresas multinacionales de la talla de Microsoft, WalMart o Google, pueden ser más ricas que países del tercer mundo. Tampoco se pueden hacer esas comparaciones, que a todas luces son ligeras desde los ojos de la academia y de la ciencia social de la economía, pero el debate es efectivista y se disfruta.

Lo que sí es cierto es que en la medida que un país se desarrolla, el negocio del entretenimiento cobra importancia y se hace más relevante en el consolidado de la economía, su aporte al Producto Interno Bruto aumenta y los empleos generados por la música, el cine, los libros, el teatro, el deporte, entre otros puntales de la llamada ‘economía naranja’, se hacen vitales, incluso desplazan a otros relevantes como las exportaciones de materias primas. En pocas palabras, el porcentaje en el PIB del entretenimiento, es una elocuencia, no solo del desarrollo de un país sino de su nivel de bienestar. No sobra el comentario de cátedra económica en donde el PIB es la suma del valor de la producción de bienes y servicios en una economía, y que en Colombia, aún el entretenimiento por sí solo no asoma la cabeza, pues para los teóricos sólo suman los conciertos (pero no las bebidas); el teatro (pero no la logística); el deporte (pero no las camisetas); la música (pero no las ventas en bares y restaurantes); los libros (pero no el transporte) en fin, no se suman los consumos aledaños o consecuentes de la actividad que genera el entretenimiento.

Por todo esto, desde hace unos años, le hemos abierto la ventana económica, a temas de ciudad como el Estéreo Picnic o el Festival Internacional de Teatro que se realizan por estos días, tal como siempre hablamos de los partidos de al Selección Colombia de Fútbol o los conciertos de famosos cantantes. Siempre habrá una gran ebullición económica al lado de un buen espectáculo, y ahora queremos hacer relevante que el ocio y el entretenimiento pueden ser focos de riqueza y bienestar.