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EDITORIAL

La economía debe empezar a “hacer su agosto”

lunes, 1 de agosto de 2016
La República Más
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 Es un imperativo que las cifras empiecen a mostrar la otra cara y que el optimismo sea más real, más basado en buenas cifras.

Desde hace 25 años cuando apareció la primera página de internet tal como hoy la conocemos, buscar algún dato útil es mucho más fácil. ¿De dónde viene la expresión “hacer su agosto”? Cuando le damos a Google la orden, aparecen cerca de 84.500.000 resultados en 0,31 segundos. Obviamente, el exitoso buscador acomoda los datos al gusto del anunciante que haya promocionado su contenido o les haya pagado el anuncio para resolver la tarea y en solo las primeras líneas del reporte de búsqueda, ya se tiene un resumen ejecutivo amplio de lo que queremos.

La que más se ajusta al sentido de lo que quiere decir este editorial, es la que hace referencia a que la expresión “hacer su agosto” aparece en la obra La Gitanilla de Miguel de Cervantes: “Y así granizaron sobre ella (sobre Preciosa) cuartos, que la vieja no se daba manos a cogerlos. Hecho, pues, su agosto y su vendimia, repicó Preciosa sus sonajas”. Otras alocuciones nos precisan que la expresión en nada tiene que ver con el verano europeo, ni mucho menos con el tiempo de vacaciones estivales, sino con las temporadas de las cosechas, de la recolección de naranjas, manzanas, aceitunas y vendimias.

Pero la cita tiene el objetivo de hacer reflexionar a los lectores sobre dos situaciones apremiantes: la primera tiene que ver con la llegada de septiembre, el mes en que se hacen los primeros bocetos de presupuesto para el próximo año. Y dos, el ciclo final del último cuatrimestre, marcado por los esperados meses terminados en “bre” (septiembre, octubre, noviembre y diciembre). Así las cosas, la economía colombiana debe hacer su agosto en agosto, cambiar el rumbo de capa caída y pesimismo que ha marcado los primeros siete meses del año. Es un imperativo que las cifras empiecen a mostrar la otra cara y que el optimismo sea más real, más basado en buenas cifras, no solo en la esperanza de que se firme el acuerdo final de paz con las Farc y que se dé el banderazo esperado para el llamado posconflicto.

La inflación debe empezar a ceder en julio. Sabremos el dato del séptimo mes en dos días, al tiempo que ya conocemos que el Banco de la República mantiene su política de tasas altas como única medicina para atajar la variación de precios. Tenemos la esperanza de que el desempleo se quede en un dígito, pues la capacidad instalada de las empresas aumenta siempre en el último semestre. Lo mismo ocurre con los despachos de cemento como indicador de mayor construcción. Solo nos queda que el Emisor sostenga el costo del dinero para los bancos en ese 7,75% y no llegue a tasas superiores a 8%, dado que eso desincentivaría el consumo de fin de año. Los otros dos datos clave son el precio del petróleo y del dólar sobre los cuales hay gran incertidumbre. La moneda estadounidense se mantendrá en niveles de $3.000 y la difícilmente el barril de crudo alcance los US$50.

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