Hay que acelerar para masificar carros eléctricos

No hay discusión: un vehículo eléctrico es menos contaminante que uno a gasolina, el problema es que la sonada transición energética no ha llegado a las personas, ni a las familias, que siguen moviéndose en carros que funcionan con gasolina o diesel. En Colombia aún no se alcanzan los 100.000 carros eléctricos y los híbridos van a paso más lento, todo porque el precio aún es alto, la batería todavía está por inventarse y no se encuentran puntos de carga. En pocas palabras, es una industria que está en desarrollo.

Hay que acelerar para masificar los carros eléctricos y así reducir la huella de carbono de las personas y contribuir a morigerar el calentamiento global. Bien podría lanzarse la hipótesis de que el desarrollo e incursión de los vehículos eléctricos sigue la misma hoja de ruta que vivieron los celulares cuando desplazaron la telefonía fija.

Al comienzo había curiosidad y desconfianza, la pila no duraba nada y la cobertura era mínima, solo cuando entraron las grandes multinacionales a los mercados locales, estas necesidades se satisficieron y hoy por cada persona puede haber más de un celular; es más, hay toda una nueva economía montada en la industria. Lo mismo va a pasar con el advenimiento de la industria de los carros eléctricos: los puntos de carga quizá se conviertan en bares, cafés o restaurantes por la lentitud de la carga; surgirán empresas locales e internacionales solo especializadas en baterías, cargas o asistencia básica, pero ante todo cambiará la manera cómo los hoy “carro-habientes” se relacionan.

Quizá todo ese nuevo fenómeno económico llegue cuando la conducción automática ya sea una realidad; estamos a muy pocos años de que la inteligencia artificial llegue a los trancones y a la misma conducción de los vehículos que van a ser eléctricos, pues los basado en diesel y gasolina serán tan estigmatizados como el tabaco y la grasa en la actualidad.

Ya se empieza a observar en la industria de automóviles que los precios están bajando y que el carro eléctrico popular se está abriendo paso. La multinacional china, BYD, acaba de lanzar “Dolphin”, un carro que puede valer, en países desarrollados, menos de $100 millones, costo que empieza a competir y a ser accesible para quienes buscan hacer su propia transición eléctrica.

En los últimos meses, las marcas chinas han ido aumentando de forma sensible su presencia en el mercado español. Curiosamente, esa guerra de precios está en manos de la industria china. MG ya había lanzado un vehículo de unos $120 millones para competir con Polestar, Lynk & Co, Aiways y Chery, un portafolio de productos eléctricos, algunos con presencia en Colombia, que presagian que la competencia por el mercado se ha desatado en China y no en los países más tradicionales en la fabricación de carros como Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania o Italia.

Es la misma paradoja que vivieron los celulares, a los Apple, Nokia, Sony, Ericsson o BlackBerry, les salieron otros competidores más eficientes y populares que hoy tiene casi todo el mercado, como Samsung, Huawei, Xiaomi, OnePlus, etc. Colombia es un país, como pocos, con un enorme potencial de producir energía basada en un renovable como es el agua, podría ser jugador en la integración energética con el Caribe y Centroamérica, podría vender la energía que necesitarán los carros eléctricos, pero para ellos se debe montar bien el cuento de la transición energética, que dicho sea de paso está muy atrasada.