Cuidado con esta movida del Gobierno

Nadie puede dudar que el momento por el que atraviesa el sector energético mundial es uno de los peores de la historia reciente y que la incertidumbre aumente cuando se analiza el contexto internacional con todas las causas y las consecuencias de un barril de petróleo por debajo de los US$70,  situación que experimentan los mercados por estos días. La caída sostenida en los precios durante este último trimestre del año le está pasando la factura a los países dependientes del crudo, como son Venezuela y Ecuador en nuestro vecindario, ambos miembros de la Opep, y a Rusia, uno de los mayores productores, pero independiente a la otrora todopoderosa organización. Los recientes hechos no han dejado tranquila a la economía colombiana que ha visto crecer el ‘hueco negro’ con cada dólar que pierde el WTI o el Brent, ahondando la difícil situación fiscal que puede llevar a las finanzas nacionales a una crisis sin precedentes.

En medio de ese panorama y como eje central de la crisis petrolera local está Ecopetrol, una de las 500 empresas más importantes según la revista Fortune y de lejos la principal compañía de nuestro país. No hay nada en la red empresarial colombiana que pueda suplir las ingresos que la hoy petrolera le pasa al presupuesto nacional, como tampoco no hay ninguna compañía nacional o extranjera que juegue un papel tan trascendental como lo hace la acción de la petrolera en la Bolsa de Valores de Colombia. Las acciones de la empresa mixta están en sus mínimos, al tiempo que el barril de crudo no rebota como todos los analistas esperan al final de este año. Y en medio de esta crítica coyuntura se ha filtrado la intensión del Gobierno Nacional de cambiar al presidente de Ecopetrol, Javier Gutiérrez Pemberthy, un ejecutivo respetable en el sector que ha sabido llevar el timón de la emblemática compañía por más de siete años.

Los cambios no son malos y muchas veces son la única opción para desencadenar situaciones mejores, tal vez lo necesite la empresa, pero esa renovación debe ser asertiva, oportuna y en el tiempo indicado. Quedaría muy mal la administración Santos si piensa mover al experimentado CEO de la empresa para poner a algún cercano a sus líneas ejecutivas sin experiencia en el manejo de grandes compañías y con muchos menos conocimientos del sector energético. Con el precio de la gasolina local bajando, el barril cayendo en los mercados internacionales, la acción en sus mínimos y pocos nuevos hallazgos, bien vale la pena que el Gobierno piense despacio si pretende arreglar elementos que están fuera del control de la alta gerencia local. Sin lugar a dudas es una movida peligrosa con la cual hay que tener máximo cuidado.