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ANALISTAS

Sin la excusa de la revaluación

viernes, 24 de octubre de 2014
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El dólar se ha depreciado hasta alcanzar promedios de $2.050.  Parece que quedaron atrás los años en que la revaluación del peso lo llevo a niveles de $ 1.650 o $ 1.700. Tampoco estamos cerca por ahora de la gran devaluación del año 2003, cuando se cambiaba a $ 2.969.  Las fuertes devaluaciones y revaluaciones, muestran que durante la última década se sucedieron hechos de profunda trascendencia que, modificaron la economía mundial e impactaron el valor de las monedas.

El crecimiento y el consumo gigantesco de la economía china, modifico la demanda de materias primas y las exportaciones; la desaceleración posterior de las misma economía fue un duro golpe para el envío de productos hacia el gigante asiático; la crisis hipotecaria en Estados Unidos, causo efectos devastadores en el ritmo de crecimiento y la generación de empleo de Norte América, cuyos efectos aun se sienten; la inyección de liquidez de dólares, revaluó el resto de las monedas, especialmente las latinoamericanas, los hallazgos de reservas de petróleo en Estados Unidos produjeron  la caída del  precio del barril de crudo, que se constituye en un duro golpe para nuestra economía.

Lo anterior, para citar unos ejemplos de los hechos que han modificado el rumbo de la economía en la última década.

Las revaluaciones que acontecieron, como las del peso colombiano, trajeron como consecuencia el encarecimiento de nuestras materias primas y la pérdida de competitividad de nuestras ventas al exterior.  El café, el cacao, el banano, las flores, las manufacturas,  para citar solo algunos ejemplos, vieron reducir su valor en pesos y en dichos sectores se perdieron mucho puestos de trabajo.

¿Quienes ganaron con la revaluación? Los importadores de miles de artículos de consumo masivo, los importadores de bienes de capital que pudieron aprovechar el momento para modernizar sus plantas industriales, las empresas que adquirieron deudas en dólares en el exterior, porque ante la apreciación del peso y la caída de los intereses en el exterior, prefirieron endeudarse afuera, el estado colombiano que se benefició con la reducción de su deuda externa, los extranjeros que invirtieron en Colombia buscando un peso fuerte y mejores tasas de interés, los turistas colombianos a quienes se les abarataron los viajes al exterior y les rendía mas la plata.

Ahora se inicia la vuelta atrás pues el peso se está devaluando, la gente busca refugio en los dólares cada día más caros, abandona las acciones lo que golpea la industria nacional pues sus precios caen y muchos capitales migran.  Quienes tienen deudas en dólares deben estar en apuros y los inversionistas extranjeros, piensan dos veces antes de cambiar sus dólares porque, después les costará más pesos volver a recuperarlos.  Los consumidores también pierden porque llegaran menos productos a precios más baratos desde el exterior.

Sin la excusa de la revaluación, es necesario que el gobierno estimule la industria nacional para que sea más competitiva y, no la golpee con más impuestos; en lugar de negociar los paros, como los agrarios, con subsidios que no alcanzan y son fugaces  debe dar soluciones definitivas, como es no anunciar tantas obras de infraestructura sino construirlas y, combatir de verdad la subversión y no protegerla, pues es el germen de todos nuestras males.

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