La incertidumbre política en Venezuela por la ausencia del presidente Chávez está creando una crisis de gobernabilidad que, a su vez, alimenta una espiral negativa donde al final no gana nadie.
El gobierno ha mantenido en secreto el estatus de la salud del Presidente. Ya va un mes y no se ha visto o escuchado de él. Los venezolanos no saben si la ausencia es temporal o permanente. No saben si puede gobernar o no.
La Corte Suprema, que tiene el derecho por la misma constitución de designar una junta medica para evaluar la salud del presidente y verificar si esta físicamente disponible para asumir el puesto, hasta ahora nada.
Como no se sabe si el CEO, el ejecutivo principal de “Venezuela Inc” está en condiciones de gobernar, los accionistas de la empresa - los dueños de la empresa- los venezolanos, necesitan saber si la falta del ejecutivo principal es temporal o absoluta. Simple. El no saberlo incrementa la crisis de gobernabilidad política y económica
Tienes la batalla de poder dentro del partido socialista sobre quién debe seguir en el poder. Las facciones están divididas y a cada cubierta, detrás de los poderes ejecutivos y legislativo, trayendo más incertidumbre.
Ya están surgiendo acusaciones de acaparamiento y confiscaciones de alimentos. ¿Ejemplo? Pepsi anunció que una operación militar y policial incautó 9.000 toneladas de azúcar por supuesto acaparamiento. La multinacional negó la acusación y pidió que la carga confiscada le sea devuelta.
La azúcar, pollo, harina de maíz, son productos sensibles para las familias venezolanas. Ellos, venezolanos, pueden vivir sin presidente, pero no sin arroz, azúcar o pañales.
Otro ejemplo: a nivel financiero los títulos de deuda del gobierno venezolano a corto plazo están siendo más apetitosos para los inversionistas. ¿Por qué? Al incrementar la incertidumbre, más riesgo existe en los bonos a largo plazo. Esto sube el valor de los títulos de deuda a corto plazo afectando el costo de financiamiento del gobierno.
Y para complicar el cuadro de incertidumbre, injerencias externas que tienen intereses sobre los asuntos de una nación.
Primero, el presidente esta curándose en Cuba, donde se benefician de miles de millones de dólares en subsidios petroleros. Claramente su interés comercial y político lo lleva a involucrarse en los asuntos de la política interna de Venezuela.
Brasil, que dice públicamente apoyar la decisión del gobierno venezolano de que el Vicepresidente, Nicolás Maduro, gobierne hasta que vuelva el Presidente. Esto sabiendo que hay cuestionamientos sobre esta decisión que choca con la constitución y donde los venezolanos no saben el estado del Presidente. Por eso, algunos consideran esto una injerencia muy peligrosa en los asuntos internos de otro estado.
Es como dice el editorial del diario El Nacional: “Si hubiera sido Estados Unidos, ¿se imagina usted cómo habría ardido troya? Seguramente Brasil habría convocado el consejo de seguridad para denunciar a la casa blanca por esta intervención imperialista de Estados Unidos en los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela. Pero no, como se trata de Brasil, todo es aceptable.”
Todo esto porque los dueños de la empresa Venezuela Inc. no saben el estado de su ejecutivo. Es entendible que exista incertidumbre por la ausencia del presidente.
Nos pasó en Estados Unidos, cuando el atentado al presidente Ronald Reagan en marzo de 1981. No sabíamos si el presidente era capaz de gobernar e incluso se debatió invocar la enmienda número 25 que aplica el proceso de sucesión donde el primero en línea era el vicepresidente.
Pero, los dueños de Estados Unidos vieron al presidente. El público cuestionó y se respetaron las reglas de juego establecidas en la constitución.
Aunque la constitución venezolana otorga hasta 180 días al presidente para ausentarse temporalmente, los venezolanos no merecen que tengan que esperar tanto para saber si la falta del presidente es realmente temporal o no. Y más aún cuando los representantes del gobierno venezolano repitieron una y otra vez: “dentro de la constitución todo, fuera de ella nada”.
