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Después de revisar la definición de competitividad según Atkinson, supeditada al desempeño de la balanza comercial, incluidas todas las afectaciones en las importaciones y exportaciones en un sector ó industria, que trasciende a toda la economía y define su desempeño competitivo; veremos ahora cómo define los conceptos productividad e innovación, sobre los que hay mayor consenso.
Después de revisar la definición de competitividad según Atkinson, supeditada al desempeño de la balanza comercial, incluidas todas las afectaciones en las importaciones y exportaciones en un sector ó industria, que trasciende a toda la economía y define su desempeño competitivo; veremos ahora cómo define los conceptos productividad e innovación, sobre los que hay mayor consenso.
¿Cómo encaja entonces la productividad en la competitividad? Aumentar la productividad permite la competitividad, sobre todo si se concentra en sectores exportadores, al reducir costos que ayudan a las empresas a vender más en los mercados mundiales, sin depender de los descuentos dados por los gobiernos. Pero el incremento de la productividad también puede ser ajeno a la competitividad, sobre todo si se concentra en sectores no transables.
La productividad es quizás el término más sencillo y fácilmente definido de los tres, es resultado de lo producido por unidad de insumo, que bien puede ser horas de trabajo (productividad laboral), ó todos los factores de producción incluidos entre otros, mano de obra, capital, tecnología y tierra (factor total de productividad).
A pesar de esto muchos analistas usan mal éste término, por ejemplo, argumentan que el traslado de empleos a China por los bajos salarios aumenta la productividad ya que reduce precios. Pero aunque esto reduzca precios, la reducción de precios no es la definición de productividad. De hecho, el movimiento de empleos a China puede disminuir la productividad ya que las empresas allá usan menos máquinas y se organizan menos eficientemente que en otros países.
Para entender las fuentes de la productividad es importante comprender que las economías tienen tres maneras de crecer en el mediano y largo plazo: crecimiento de trabajadores, aumento de la productividad en todos los ámbitos y crecimiento de participación de las industrias de alta productividad.
El primero, el crecimiento en el número de trabajadores es una estrategia no sostenible y más importante, no contribuye en nada a aumentar la productividad y el crecimiento del ingreso per cápita. Cualquier país gozaría de mayor PIB si el número de trabajadores aumenta diez por ciento, pero el ingreso promedio de éstos no necesariamente tiene que aumentar.
El segundo, no porque la buena productividad de nuevos sectores industriales tenga mayor participación en la economía, sino porque todos los sectores, de alta y baja productividad, son más productivos.
El proceso de aumento de la productividad en todos los ámbitos sucede de dos formas: si todas las empresas de un sector aumentan productividad ó si en un mismo sector empresas de baja productividad pierden cuota de mercado, ganado por empresas de alta productividad (por ejemplo, librerías pequeñas menos productivas cierran porque los consumidores prefieren comprar libros electrónicos).
El tercero, el “efecto de cambio”, se da cuando en una región cambia la mezcla de sectores de alta y baja productividad, en contraposición al tipo de empresas. Por ejemplo, si un país en desarrollo pierde 500 empleos agrícolas (de baja productividad) y gana 500 puestos de trabajo de software (con mayor productividad), la productividad global aumenta.
El “efecto de cambio” surge cuando las industrias de alta productividad crecen más rápido que los sectores de baja productividad. Pero ¿cual estrategia es la mejor para aumentar productividad, el efecto crecimiento o de cambio? La respuesta depende en parte del tamaño de la economía y en menor grado del tipo de sector. Cuanto mayor sea la economía, más importante es el efecto de crecimiento, sobre todo si hay un porcentaje bajo de salidas en los sectores transables.
A pesar de esto muchos grandes países en especial naciones en desarrollo como Brasil, China e India, centran sus políticas industriales en aumentar productividad mediante el cambio de la mezcla industrial. La mayor parte del crecimiento de la productividad en varias naciones no viene de cambiar el mix sectorial, sino porque todos los sectores aumentan la productividad, aunque los casos emblemáticos como Corea del Sur e Israel, resultaron de cambios en la mezcla industrial.
En última parte de este artículo revisaré la innovación según Atkinson y las implicaciones de la política pública relacionada con los tres señalados conceptos.